centauro , minotauro y sagitario. historia pagana de mitología.

Centauro

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Centauro luchando contra un lápita(detalle del Partenón).
En la mitología griega, el centauro (en griego Κένταυρος Kentauros, ‘matador de toros’, ‘cien fuertes’, plural Κένταυρι Kentauri; en latínCentaurus/Centauri) es una criatura con la cabeza, los brazos y el torso de un humano y el cuerpo y las patas de un caballo. Las versiones femeninas reciben el nombre de centáurides.12
Vivían en las montañas de Tesalia y se les consideraba hijos de Centauro (el hijo de Ixión y Néfele) y algunas yeguas magnesias, o de Apolo y Hebe.
Los centauros son muy conocidos por la lucha que mantuvieron con los lápitas, provocada por su intento de raptar a Hipodamía el día de su boda con Pirítoo, rey de los lapitas y también hijo de Ixión. La riña entre estos primos es una metáfora del conflicto entre los bajos instintos y el comportamiento civilizado en la humanidad. Teseo, un héroe y fundador de ciudades que estaba presente, inclinó la balanza del lado del orden correcto de las cosas, y ayudó a Pirítoo. Los centauros huyeron. (PlutarcoTeseo, 30; OvidioLas metamorfosis xii. 210; Diodoro Sículo iv. 69, 70.) Escenas de la batalla entre los lápitas y los centauros fueron esculpidas en bajorrelieves en el friso del Partenón, que estaba dedicado a la sabia Atenea.
Como la titanomaquia, la derrota de los titanes por los dioses olímpicos, las contiendas con los centauros representan la lucha entre la civilización y el barbarismo y es conocida como centauromaquia.
El personaje general de los centauros es el de seres salvajes, sin leyes ni hospitalidad, esclavos de las pasiones animales. Dos excepciones a esta regla son Folo y Quirón, que expresaban su «buena» naturaleza, siendo centauros sabios y amables.
Entre los centauros, el tercero con una identidad individual es Neso. El episodio mitológico del centauro Neso raptando a Deyanira, la prometida de Heracles, también proporcionó a Giambologna (1529-1608), un escultor flamenco que trabajó en Italia, espléndidas oportunidades de concebir composiciones con dos formas en violenta interacción. Giambologna realizó varias versiones de Neso raptando a Deyanira, representados por los ejemplos conservados en diversos museos. Sus seguidores, como Adriaen de Vries y Pietro Tacca, continuaron esculpiendo incontables repeticiones del tema. Cuando Albert-Ernest Carrier-Belleuse abordó la misma composición de formas en el siglo XIX, la tituló Rapto de Hipodamía.
En antiguas vasijas pintadas áticas los centauros eran representados como seres humanos de frente, con el cuerpo y las patas traseras de un caballo sujetos a la espalda. Posteriormente, fueron hombres sólo hasta la cintura. La batalla con los lápitas y la aventura de Heracles con Folo (Apolodoro, ii. 5; Diodoro Sículo, iv. li) son temas favoritos del arte griego.
Muchas leyendas sobre los centauros sostienen que son criaturas muy inconstantes, que miran con frecuencia al cielo para determinar sus destinos. Son grandes astrólogos y muy aficionados a la adivinación.[cita requerida]

Teorías sobre su origen

Heracles matando al Centauro, por Giambologna. Florencia.
El antropólogo y escritor Robert Graves especuló con que los centauros de la mitología griega fueran una reminiscencia de una secta prehelénica que considerase al caballo un tótem. Una teoría parecida aparece en El toro del mar de Mary Renault.
Otras fuentes especulan con la idea de que los centauros provengan de la primera reacción de una cultura que no conociese la equitación, como el mundo egeo minoico, hacia los nómadas que sí montaban a caballo. La teoría señala que tales jinetes parecerían mitad hombres mitad caballos. La cultura de doma y monta de caballos surgió primero en las estepas del sur de Asia Central, quizá aproximadamente en la actual Kazajistán.
Otra posible etimología relacionada puede ser "matador de toros" .Algunos dicen que los griegos tomaron la constelación Centaurus, y también su nombre "toro penetrante", de Mesopotamia, donde se simboliza al dios Baal, que representa la lluvia y la fertilidad, y luchando y perforando con sus cuernos el demonio Mot que representa la sequía de verano. En Grecia, la constelación de Centaurus fue observada por Eudoxus de Cnidus en el cuarto siglo a.C. y por Aratus en el tercer siglo

Los centauros en la ficción contemporánea[editar]

Los centauros han aparecido muchas veces y en muchos lugares en obras de ficción modernas.
Aunque se dice que la palabra griega kentauros está compuesta por un único morfema —quizá no griego en su origen—, el sufijo -tauro ha sido inventado por escritores y diseñadores de juegos a finales del siglo XX para otros híbridos animal-humanos fantásticos.

Centáurides[editar]

Aunque las mujeres centauros, llamadas «centáurides» (κενταύριδες), no son mencionadas en la antigua literatura ni en el arte griego, aparecen ocasionalmente en la antigüedad tardía. Un mosaico macedonio del siglo IV a. C. que se halla actualmente en el museo arqueológico de la ciudad de Pella es uno de los primeros ejemplos de la presencia de centáurides en el arte. El autor romano Ovidio en sus Metamorfosis menciona a una centáuride llamada Hilonoma, que se suicidó cuando su amante Cílaro murió durante la guerra contra los lapitas.
En la descripción de una pintura que vio en Neápolis, el retórico griego Filóstrato el Viejo presenta a las centáurides como hermanas y esposas de los centauros masculinos que vivían en el monte Pelión con sus hijos.
Qué hermosas son las centáurides, aunque tengan cuerpo de yegua; porque algunas crecen de yeguas blancas, otras de yeguas castañas, y el pelaje de otras es manchado, pero todas brillan como las yeguas bien cuidadas. También hay centáurides blancas que crecen de yeguas negras y la oposición de colores produce una criatura unida de gran hermosura.3

Centauros en el arte

Véase también

Otras criaturas híbridas aparecen también en la mitología griega, siempre con alguna conexión liminal que enlaza la cultura helénicas con otras arcaicas o extranjeras:
Otras criaturas similares:

Laberinto de Creta

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Moneda de plata de Cnosos en la que se representa el laberinto.
El Laberinto de Creta es, en la mitología griega, el laberinto construido por Dédalo para esconder al Minotauro.
Se piensa en la actualidad que la leyenda del laberinto tiene su base en el palacio de Cnosos. Una construcción tan sofisticada y de alta tecnología como dicho palacio, repleto de múltiples habitaciones y con todas las mejoras conocidas por la tecnología de entonces (incluyendo un sistema de alcantarillado) debió haber parecido a los aqueos algo intrincado. Apoya esta tesis el hecho de que en el palacio de Cnosos se han encontrado dibujos de hachas de doble filo por doquier, que en griego se llaman labrys, y que habrían dado nombre a la construcción. El laberinto de la leyenda griega también podría tomar como referencia alguna de las cuevas de Creta como la cueva de Gortina, la de Arkalojori o la de Escoteino o las danzas que se celebraban en las islas egeas en las que los danzantes de la mano recorrían un trazado laberíntico.
Plano del Palacio de Cnossos.

La leyenda de Ícaro y Dédalo

Dédalo era un arquitecto ateniense desterrado a la isla de Creta. Fue el constructor del laberinto, donde Minos hizo encerrar al Minotauro, que era aplacado periódicamente con sacrificios humanos.
Caído Dédalo en desgracia, fue encerrado, junto a su hijo Ícaro, en el mismo laberinto. Pero Dédalo construyó para sí y para su hijo unas alas de cera con las que, salvando los muros de la extraña prisión, se remontaron sobre el Mediterráneo. Ícaro, desobedeciendo los consejos de su padre, voló tan cerca del sol que los rayos derritieron la cera de las alas, y cayó en el mar.1

Leyenda del Minotauro

Mosaico romano de Recia en el que se representa a Teseo y al Minotauro en el laberinto.
Tras perder la ciudad de Atenas una guerra contra el rey Minos, se le impuso como tributo el envío, cada nueve años, de siete doncellas y siete donceles en la flor de la vida, destinados a ser devorados por el Minotauro. Cuando debía cumplirse por tercera vez tan humillante obligación, el príncipe ateniense Teseo, con el consentimiento, aunque de mal grado, de su padre el rey Egeo, se hizo designar como uno de los siete jóvenes, con el propósito de dar muerte al Minotauro, acabar así con el periódico sacrificio y liberar a los atenienses de la tiranía de Minos. Ariadna, hija de Minos y de Pasífae, se enamoró de él y le enseñó el sencillo ardid de ir desenrollando un hilo a medida que avanzara por el laberinto para poder salir más tarde. Teseo mató al Minotauro, volvió siguiendo el hilo hasta Ariadna y huyó con ella de Creta.2
Esta leyenda contiene, al lado de sus elementos fabulosos, una base verídica.3​ El nombre personal del legendario rey se derivó del título que usaban los soberanos cretenses, apareciendo Minos como la personificación de todos lo "minos" de Creta. El Minotauro es una reminiscencia del culto que se rendía al toro como encarnación de la divinidad. La idea del laberinto hace recordar la complicada construcción de los palacios cretenses. Los atenienses consideraban este relato como historia verdadera. Durante siglos conservaron, sometiéndolo a continuas reparaciones, el barco en que Teseo había partido para Creta y que usaban como navío sagrado para llevar cada año la embajada que asistía a las fiestas de Apolo en Delfos.

Galería


Minotauro

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El Minotauro, según George F. Watts.
El Minotauro (del griego Μινώταυρος [Minótauros]) era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Su nombre significa "Toro de Minos", y era hijo de Pasífae y el Toro de Creta. Fue encerrado en un laberinto diseñado por el artesano Dédalo, hecho expresamente para retenerlo,1​ ubicado en la ciudad de Cnosos en la isla de Creta. Por muchos años, siete hombres y otras siete mujeres eran llevados al laberinto como sacrificio para ser el alimento de la bestia hasta que la vida de este termine en manos del héroe Teseo. Los catorce jóvenes eran internados en el laberinto, donde vagaban perdidos durante días hasta encontrarse con la bestia, sirviéndole de alimento. El mito tiene su versión más completa en la Biblioteca mitológica de Apolodoro.2

Nacimiento del Minotauro

El bronce "Horned God" de Enkomi, Chipre.
Existían varias versiones acerca de la afrenta que ocasionó que la esposa de Minos, Pasífae, tuviese la necesidad de unirse al Toro de Creta sintiendo por él una pasión insensata la cual llevo a su embarazo. La versión más extendida dice que Minos, hijo de Zeus, pidió apoyo al dios Poseidón para que su gente lo aclamara como un temprano rey, ya que su padre Asterión (hijo de Téctamo) era el antiguo rey ya difunto de Creta. Poseidón lo escuchó e hizo salir de los mares un hermoso toro blanco, al cual Minos prometió sacrificar en su nombre. Sin embargo, al quedar Minos maravillado por las cualidades del hermoso toro blanco, lo ocultó entre su rebaño y sacrificó a otro toro en su lugar esperando que el dios del océano no se diera cuenta del cambio. Al saber esto Poseidón, se llenó de ira, y para vengarse, inspiró en Pasífae un deseo tan insólito como incontenible por el hermoso toro blanco que Minos guardó para sí.
Para consumar su unión con el toro, Pasífae requirió la ayuda de Dédalo, que construyó una vaca de madera recubierta con piel de vaca auténtica para que ella se metiera. El toro yació con ella, creyendo que era una vaca de verdad. De esta unión nació el Minotauro llamado Asterión.3

El laberinto de Creta


El castigo de Poseidón continuaba. El Minotauro sólo comía carne humana, y conforme crecía se volvía más salvaje. Cuando la criatura se hizo incontrolable, Dédalo construyó el laberinto de Creta, una estructura gigantesca compuesta por cantidades incontables de pasillos que iban en distintas direcciones, entrecruzándose entre sí, de los cuales sólo uno conducía al centro de la estructura, donde el Minotauro fue abandonado.
A la par que el laberinto encerraba al Minotauro, uno de los hijos de Minos, Androgeo, fue asesinado en Atenas después de una competición olímpica donde quedó campeón. El rey de Creta declaró la guerra a los atenienses. Minos atacó el territorio ateniense y, ayudado por la peste que azotó a los asediados, conquistó Megara e hizo rendir a Atenas.4​ La victoria de Minos imponía varias condiciones por la rendición, y se dice que el oráculo de Delfos fue quien aconsejó a los atenienses ofrecer un tributo a Creta.5​ Así, una de las condiciones emergentes era entregar siete jóvenes y siete doncellas como sacrificio para el Minotauro. Existen varias versiones conocidas acerca de la frecuencia de este tributo: cada año, cada tres años o cada nueve años.6​ Los catorce jóvenes eran internados en el laberinto, donde vagaban perdidos durante días hasta encontrarse con la bestia, sirviéndole de alimento.

La llegada de Teseo a Creta

Teseo luchando con el Minotauro.
Escultura contemporánea que representa a un irreconocible Minotauro vencido tras su lucha contra Teseo situada en Jerez.
Años después de impuesto el castigo a los atenienses, Teseo, hijo de Egeo, se dispuso a matar al Minotauro y así liberar a su patria de Minos y su condena. Se cuentan dos cosas acerca de cómo llegó Teseo a introducirse en el laberinto de Creta. Unos dicen que después de ayudar a Egeo contra los Palántidas,5​ Teseo se enteró del sacrificio de los jóvenes y decidió él mismo ser parte de la ofrenda para enfrentarse a la bestia. Otra narración dice que era el propio Minos quien elegía a los jóvenes que servirían de alimento al Minotauro,7​ y, enterado del aprecio que sentía Egeo por Teseo, quiso que éste fuera devorado en el laberinto. Era la tercera vez que catorce jóvenes atenienses, siete muchachos y siete muchachas, iban a ser sacrificados en favor de la bestia antropófaga7​ cuando Teseo llegó a Creta, 18 años después de iniciado el terror del Minotauro.
Al llegar a Creta, los jóvenes fueron presentados a Minos. Teseo conoció entonces a Ariadna, hija del rey, quien se enamoró de él. La princesa rogó a Teseo que se abstuviera de luchar contra el Minotauro, pues eso le llevaría a una muerte segura, pero Teseo la convenció de que él podía vencerlo. Ariadna, viendo la valentía del joven, se dispuso a ayudarlo, e ideó un plan que ayudaría a Teseo a encontrar la salida del laberinto en caso de que derrotara a la bestia. En realidad ese plan fue solicitado por parte de Ariadna a Dédalo, quien se las había ingeniado para construir el laberinto de tal manera que la única salida fuera usar un ovillo de hilo, el cual Ariadna le entregó para que, una vez que hubiera ingresado en el laberinto, atara un cabo del ovillo a la entrada. Así, a medida que penetrara en el laberinto el hilo recordaría el camino y, una vez que hubiera matado al Minotauro, lo enrollaría y encontraría la salida.

El final del Minotauro


Teseo recorrió el laberinto hasta que se encontró con el Minotauro, lo mató y para salir de él, siguió de vuelta el hilo que Ariadna le había dado.
Las historias no concuerdan siempre entre sí en cómo pasó lo anterior. No es claro, por ejemplo, qué relación había entre Teseo y Ariadna, lo cierto es que ambos confabularon contra Minos para terminar con la vida del monstruo que tenía encerrado en el laberinto y escapar de Creta. Pudo haber sido sólo el amor que se tenían, o el que ella sentía por Teseo, o simplemente que el héroe le había prometido a Ariadna sacarla de Creta y llevarla consigo.7​ Del mismo modo hay versiones y múltiples representaciones que explican que Teseo dio muerte al Minotauro no usando sus manos desnudas, sino con ayuda de una espada que le proporcionaría secretamente Ariadna junto con el ovillo antes de entrar al laberinto; según esto, Ariadna había sido aconsejada por Dédalo, el mismísimo constructor del laberinto.8​ Sin embargo, otras fuentes indican que Teseo mató al monstruo a puñetazos.7​ No hay unanimidad ni siquiera en cómo fue que Teseo logró salir del laberinto, la forma más generalizada es por medio del hilo de Ariadna -que ha inspirado la figura retórica del mismo nombre-, pero otras historias dicen que Teseo logró escapar gracias a la luz de la corona de oro que obtuvo de Anfitrite en una aventura en el mar, la cual lo guio en el laberinto.7

Interpretaciones del mito

Carlo Lapucci ha señalado la relación del mito del Minotauro con cuentos como «La bella y la bestia».9
También este mito ha sido interpretado como la sumisión que existió de la Grecia continental a la civilización cretense durante el Periodo Minoico.
Jorge Luis Borges elaboró una recreación poética del mito en su cuento «La casa de Asterión». También este mismo autor tiene un poema que describe esta misma historia titulado «El hilo de la fábula».
A su vez, Julio Cortázar escribió su obra de teatro «Los Reyes» creando una nueva versión de este mismo mito. En ella, el minotauro es un ser benevolente y es Teseo quien, despojado de toda humanidad, acaba con él.
Como una de las figuras fantásticas más conocidas, el Minotauro forma parte de una gran cantidad de universos de ficción en la literatura, los juegos y el entretenimiento contemporáneo en general. Aparece sobre todo en los distintos juegos de rol y mundos del género épico[cita requerida]

Referencias

  1. Volver arriba Diccionario de la mitología clásica, pág. 497.
  2. Volver arriba Biblioteca III. 1, 3-4.
  3. Volver arriba Apolodoro, Biblioteca mitológica iii,1,3-4.
  4. Volver arriba Diccionario de la mitología clásica', pág. 434.
  5. ↑ Saltar a:a b Diccionario de la mitología clásica, pág. 595.
  6. Volver arriba Pierre Grimal, Diccionario de mitología griega y romana, voz Minotauro.
  7. ↑ Saltar a:a b c d e Diccionario de la mitología clásica, pág. 596.
  8. Volver arriba Diccionario Ilustrado de los monstruos, pág. 330.
  9. Volver arriba Dizionario delle figure fantastiche, pág. 223.

Bibliografía

  • Falcón M., C., Fernández-Galiano, E., López M., R. (1989). Diccionario de la mitología clásica, 1. Alianza. 968-6354-54-9.
  • Falcón M., C., Fernández-Galiano, E., López M., R. (1989). Diccionario de la mitología clásica, 2. Alianza. 968-6354-55-7.
  • Izzi, Massimo (2000). Diccionario ilustrado de los monstruos. Alejandría. 84-7651-623-1.
  • Lapucci, Carlo (1991). Dizionario delle figure fantastiche. Vallardi. 88-11-92582-7.
  • Pierre Grimal (2010). Diccionario de mitología griega y romana. Edición en rústica. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica. ISBN 978-84-493-2457-4.

Mitología Griega: Teseo y el Minotauro

Uno de los mitos más conocidos de la Antigua Grecia es el de Teseo y el Minotauro. ¿Qué sucede en esta leyenda griega?
Teseo con el Minotauro
Un mito bien conocido es el de Teseo y el laberinto del Minotauro. Teseo era hijo de Egeo, rey de Atenas, y de Etra. Egeo había matado al hijo de Minos, por lo que Creta sitió Atenas, que se vio rápidamente asolada por el hambre y las enfermedades, por lo que Egeo tuvo que aceptar las condiciones de Minos.
La ciudad de Atenas debía entregar cada año un tributo a Minos, rey de Creta. Debían entregar cada año 14 jóvenes de las familias más nobles de la ciudad, siete chicas y siete chicos, que serían entregados al Minotauro que se encontraba en el laberinto de la ciudad.
Teseo con el Minotauro
Teseo, al tener conocimiento de esto, decidió ofrecerse como tributo anual a pesar de que su padre le insistía en no hacerlo para lograr terminar con la bestia. Al final logró convencerle, afirmándole que si tenía éxito y conseguía volver, pondría velas blancas en su barco, y si había fracasado, las velas serían negras.

Al llegar a Creta, el propio rey Minos los examinó para confirmar que servían como sacrificios humanos. Teseo, al encontrarse en la corte, conoció a la hija de éste, Ariadna, de quien se enamoró perdidamente.
Ella se enteró del objetivo que tenía Teseo y, habiéndose enamorado también de él, decidió ayudarle, ya que a pesar de que lograse matar al Minotauro, salir del laberinto era tarea imposible. Por ello, le entregó un ovillo de hilo de oro.
Cuando entró en el laberinto, Teseo fue desenrollando el ovillo para después encontrar la salida. Cuando por fin encontró al Minotauro, lo primero que hizo fue dar rodeos para tratar de agotar a la bestia.Cuando al fin estaba agotado, se enfrentó a él  hasta que expiró. Después fue siguiendo el hilo que le había dado su amada para encontrar la salida.Tras la victoria, Teseo se reunió con los jóvenes que le habían acompañado y con Ariadna. Juntos, no tardaron en embarcarse y poner rumbo a Atenas. Durante el trayecto, tuvo lugar una gran tormenta que les hizo detenerse en la isla de Naxos.
Ariadna, que se encontraba indispuesta, bajó del barco. Unas leyendas dicen que Teseo la abandonó, otras que se olvidaron de que había bajado, y otras que el barco se alejó debido a las condiciones climáticas.
Lo cierto es que el barco partió dejando a Ariadna en la isla y separando por tanto a los jóvenes.
Teseo, debido a la euforia del triunfo, se olvidó de cambiar las velas negras por las blancas. Egeo, viendo las velas negras que significaban que su hijo había fracasado, creyó que su hijo había muerto.
No pudo soportarlo y se arrojó al mar. Teseo decidió llamar al mar Egeo, como su padre, una vez subió al trono. Gracias a su nombramiento como rey, logró unir a los pueblos formando el estado ateniense.


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