LAS FIESTAS PAGANAS. DEL HUMANO Y LA IGLESIA. SIMBOLOGÍA.
NADA PRODUCE MÁS GOZO QUE NO PARTICIPAR EN UNA RELIGIÓN VERDADERA. La verdad esta en tu espíritu. empoderate. LOS PAGANOS DE LAS CENIZAS DIOS LOS BENDIGA Y LES ABRA LA MENTE.
Fiestas que desagradan a Dios
“Sigan asegurándose de lo que es acepto al Señor.” (EFESIOS 5:10.)
1. ¿A quiénes atrae DIOS, y por qué tienen que permanecer en guardia espiritualmente?

2. Explique cómo ve Jehová que se mezcle la religión verdadera y la falsa.
2 Recordemos lo que ocurrió hace siglos cerca del monte Sinaí. Cuando los israelitas pidieron a Aarón que les fabricara la imagen de un dios, él los complació y les hizo un becerro de oro. No obstante, pretendió que solo era un símbolo del Todopoderoso, pues dijo: “Mañana hay fiesta a Jehová”. Pero ¿cómo se sintió Jehová? ¿Se quedó indiferente al ver esa celebración que mezclaba la religión verdadera y la falsa? Ni mucho menos. De hecho, hizo ejecutar a unas tres mil personas que habían adorado la estatua (Éxodo 32:1-6, 10, 28). ¿Qué nos enseña este relato a quienes deseamos mantenernos en el amor de Dios? La importancia de “no to[car] nada inmundo” y de esforzarnos celosamente por conservar la verdad libre de toda corrupción (Isaías 52:11; Ezequiel 44:23; Gálatas 5:9).
3, 4. ¿Por qué es necesario examinar las costumbres y celebraciones populares a la luz de los principios bíblicos?
3 Lamentablemente, en tiempos de los primeros cristianos también se produjeron intentos de apostasía, es decir, de desviarse de las enseñanzas verdaderas. Al principio no tuvieron mucho éxito, pues los apóstoles obraban como restricción, o freno, que lo impedía. Pero tras su muerte, los falsos cristianos, que no amaban la verdad, fueron adoptando del paganismo muchas costumbres, celebraciones y días “sagrados” que aun hoy se presentan como si fueran cristianos (2 Tesalonicenses 2:7, 10). En este capítulo veremos algunos ejemplos. Notaremos que no demuestran el espíritu de Dios, sino el del mundo, y que, además, suelen tener algo en común: apelan a los deseos egoístas y promueven las creencias falsas y el espiritismo, características heredadas de “Babilonia la Grande” (Revelación 18:2-4, 23).*No olvidemos que Jehová conoce muy bien las prácticas religiosas repugnantes que dieron origen a muchas costumbres populares, y que, por lo tanto, le parecen tan ofensivas hoy como ayer. Sin duda, es su punto de vista el que más debería interesarnos (2 Juan 6, 7).
4 Los cristianos sabemos que a DIOS no le gustan ciertas fiestas. Por eso, debemos adoptar la firme determinación de no tener nada que ver con ellas. Repasemos por qué le resultan tan desagradables a Dios. Así, al comprender que son un estorbo para mantenernos en su amor, estaremos aún más decididos a evitarlas.
LA NAVIDAD, O EL CULTO AL SOL CON OTRO NOMBRE
5. ¿Por qué estamos seguros de que Jesús no nació un 25 de diciembre?
5 La Biblia nunca menciona que se celebrara el nacimiento de Jesús. De hecho, no sabemos a ciencia cierta cuándo tuvo lugar. De lo que sí podemos estar seguros es de que no fue el 25 de diciembre.* ¿Por qué? Para empezar, porque en Israel esa fecha cae en el frío invierno, mientras que, como indica Lucas 2:8-11, el día que nació Jesús había “pastores que vivían a campo raso” con sus rebaños. (Es obvio que no se quedaban al aire libre todo el año, pues de ser así no habría tenido sentido destacar este detalle.) Y en invierno suelen caer en Belén frías lluvias e incluso nieve, razón por la que los pastores no se quedaban “a campo raso” cuidando las ovejas, sino que las guardaban a cubierto. Tampoco hay que olvidar el motivo por el que habían ido José y María a Belén: para cumplir con el censo ordenado por Augusto (Lucas 2:1-7). Es muy poco probable que, sabiendo la antipatía que sentían los judíos por Roma, aquel emperador los obligara a viajar a las ciudades de sus antepasados en pleno invierno.
6, 7. a) ¿Dónde se encuentran las raíces de muchas costumbres navideñas? b) ¿Qué diferencia hay entre la generosidad cristiana y los regalos de Navidad?
6 Entonces, ¿dónde se encuentran las raíces de la Navidad? No en la Biblia, sino en antiguas festividades paganas. Una de ellas recibía el nombre de saturnales y estaba dedicada a Saturno, el dios romano de la agricultura. Otra era “el nacimiento del ‘Sol invencible’”, que, según la Enciclopedia de la Religión Católica, tenía lugar el 25 de diciembre, día sagrado para los devotos del dios solar Mitra. Esta obra añade que “la Iglesia comenzó celebrando el nacimiento de [Cristo]” en esa fecha “para hacer concurrencia a esta fiesta pagana consagrada al nacimiento del Sol natural (Mitra)”. Y hay que señalar que esto ocurrió unos trescientos años después de la muerte de Jesús.
No hay una sola palabra en el Nuevo Testamento, o en alguna parte de la Biblia que nos diga que debemos observar la navidad. Los Cristianos del primer siglo, bajo las enseñanzas inspiradas de Pedro y Pablo y de los otros apóstoles, nunca la observaron. NO HAY BASE BIBLICA para su observación, aunque parezca extraño
La Enciclopedia Británica nos dice: ?Navidad. La navidad no estaba dentro de las primeras festividades de la Iglesia?? No fue instituida por Cristo a los apóstoles, o por autoridad Bíblica-fue tomada del paganismo mucho después.
La Shaff-Herzog Encyclopedia lo explica claramente, en su artículo sobre la ?Navidad?: ?Cuán mucho dependía la fecha de la festividad de la Pagana Brumalia (25 de Dic.) siguiendo la de Saturnalia (17-24 de Dic.), celebrando el día más corto del año y el ?nuevo sol??sin poder ser determinado con exactitud. Las fiestas paganas Saturnalia y Brumalia estaban muy estrecha y profundamente arraigadas a costumbres populares para ser colocadas al lado de las de influencias Cristianas.
Otras celebraciones eran la natividad de Mitra, divinidad persa de la luz, por lo que se colocaban pelotas y cintas para que el sol brillara con más fuerza. Las tropas de Pompeyo que estuvieron peleando y colonizando Asia Menor asimilaron su culto y lo llevaron a Roma, donde se desarrolló una importante religión conocida como mitraísmo.
La Enciclopedia Británica nos dice: ?Navidad. La navidad no estaba dentro de las primeras festividades de la Iglesia?? No fue instituida por Cristo a los apóstoles, o por autoridad Bíblica-fue tomada del paganismo mucho después.
La Shaff-Herzog Encyclopedia lo explica claramente, en su artículo sobre la ?Navidad?: ?Cuán mucho dependía la fecha de la festividad de la Pagana Brumalia (25 de Dic.) siguiendo la de Saturnalia (17-24 de Dic.), celebrando el día más corto del año y el ?nuevo sol??sin poder ser determinado con exactitud. Las fiestas paganas Saturnalia y Brumalia estaban muy estrecha y profundamente arraigadas a costumbres populares para ser colocadas al lado de las de influencias Cristianas.
Otras celebraciones eran la natividad de Mitra, divinidad persa de la luz, por lo que se colocaban pelotas y cintas para que el sol brillara con más fuerza. Las tropas de Pompeyo que estuvieron peleando y colonizando Asia Menor asimilaron su culto y lo llevaron a Roma, donde se desarrolló una importante religión conocida como mitraísmo.
Mitra mató al toro sagrado y al caer su sangre en la tierra surgieron todas las plantas y animales. Se le representa tocado con un gorro frigio y sacrificando a un toro con un cuchillo largo, y en este ritual ciertos autores han querido ver el origen de muchos ritos mediterráneos antiguos en los que se sacrifican toros, y también el antecedente ancestral de la corrida de toros.
Pero la iglesia católica no aceptaba esta práctica religiosa sino hasta el año 345 cuando Juan Crisóstomo y Gregorio de Nanciero la incluyeron en la religión romana.
El festival pagano con sus líos y jolgorios fue tan popular que los Cristianos estaban contentos con la excusa de continuar su celebración con muy pocos cambios en lo espiritual y en cuanto a comportamiento. Predicadores Cristianos del Oeste y del Este defendieron esta celebración par con la cual era celebrado el nacimiento de Cristo, mientras los Cristianos de la Mesopotamia acusaron a sus hermanos del Oeste de idolatría y adoración al sol adoptando como Cristiano este festival pagano.
El Real ORIGEN de la Navidad
Pero, si nosotros conseguimos la Navidad de los Católicos Romanos, y ellos la consiguieron del paganismo, ¿De dónde la consiguieron los paganos?
Es la cabeza de las costumbres del sistema corrupto denunciado a travez de todas las profecías de la Biblia, los libros sagrados y enseñanzas bajo el nombre de BABILONIA. Y comenzó y se originó en la original Babilonia del antiguo Nimrod Si, sus raíces comienzan poco después del Diluvio.
Nimrod, nieto de Cam, hijo de Noé, fue el gran fundador del sistema Babilónico que ha atrapado el mundo desde entonces – un sistema de competencia organizada- de un gobierno e imperio de un hombre, basado en la competitividad de hacer de las ganancias un sistema económico. Nimrod construyó la Torre de Babel, la original Babilonia, antigua Nínive, y muchas otras ciudades. El organizó el primer reino del mundo. El nombre Nimrod en hebreo, es derivado de ?Marad?, significando ?el revelado? (Génesis 10:6,8-12)
De muchas escrituras antiguas, se ha aprendido considerablemente de este hombre, que comenzó la gran apostasía mundialmente organizada contra Dios, que ha dominado al mundo hasta ahora. Nimrod fue tan diabólico, que se casó con su propia madre, llamada Semiramis. Después de la muerte inoportuna de Nimrod, su llamada madre-esposa, Semiramis, propagó la diabólica doctrina de la supervivencia de Nimrod como ser espiritual. Ella proclamó el crecimiento completo de un árbol de pino que brotó de un día para otro, desde un tronco seco, que simboliza el surgimiento hacia una nueva vida de la muerte de Nimrod. En cada aniversario de su nacimiento, ella declaró, que Nimrod visitaría el pino y dejaría regalos en él. El 25 de Diciembre, fue la fecha del nacimiento de Nimrod. Este es el origen real del árbol de Navidad.
En base a todo esto ¿ Ud. que festeja? ¿es consciente de esta realidad?
¿Ud. realmente se ha detenido a pensar y a no dejarse llevar por la propaganda consumista inventándonos festejos, comidas de pleno invierno para temperaturas de 30º C, bebidas alcohólicas, etc., dejándose manejar como una marioneta y más que celebrar el supuesto nacimiento de Jesucristo se espera en medio de una fiesta con música a todo volumen y a los gritos la llegada de Papa Noel con sus regalos?
¿qué es eso de “quemar la plata” en un mundo de millones de vidas miserables ,con los fuegos de artificios terminando como siempre en cientos de personas y niños con quemaduras y pérdidas de miembros en los hospitales?
¿ Y qué festejan los que se consideran ateos y no creyentes, de aquellos que inclusive hacen proselitismo anti-religioso? ¿Acaso festejan el triunfo del espíritu del capitalismo sobre la faz de la tierra? ¿el consumismo globalizado en una orgía de alcohol y comidas hasta reventar?¿ el predominio triunfante de la “civilización occidental”?
Vos decidís: ser libre o siervo de la gran Babilonia mundial.
Por más que digamos, que lo celebramos por contrarrestar esta fecha no debemos darle el culto de los dioses paganos al Dios verdadero.
¡¡Felicidades
El festival pagano con sus líos y jolgorios fue tan popular que los Cristianos estaban contentos con la excusa de continuar su celebración con muy pocos cambios en lo espiritual y en cuanto a comportamiento. Predicadores Cristianos del Oeste y del Este defendieron esta celebración par con la cual era celebrado el nacimiento de Cristo, mientras los Cristianos de la Mesopotamia acusaron a sus hermanos del Oeste de idolatría y adoración al sol adoptando como Cristiano este festival pagano.
El Real ORIGEN de la Navidad
Pero, si nosotros conseguimos la Navidad de los Católicos Romanos, y ellos la consiguieron del paganismo, ¿De dónde la consiguieron los paganos?
Es la cabeza de las costumbres del sistema corrupto denunciado a travez de todas las profecías de la Biblia, los libros sagrados y enseñanzas bajo el nombre de BABILONIA. Y comenzó y se originó en la original Babilonia del antiguo Nimrod Si, sus raíces comienzan poco después del Diluvio.
Nimrod, nieto de Cam, hijo de Noé, fue el gran fundador del sistema Babilónico que ha atrapado el mundo desde entonces – un sistema de competencia organizada- de un gobierno e imperio de un hombre, basado en la competitividad de hacer de las ganancias un sistema económico. Nimrod construyó la Torre de Babel, la original Babilonia, antigua Nínive, y muchas otras ciudades. El organizó el primer reino del mundo. El nombre Nimrod en hebreo, es derivado de ?Marad?, significando ?el revelado? (Génesis 10:6,8-12)

De muchas escrituras antiguas, se ha aprendido considerablemente de este hombre, que comenzó la gran apostasía mundialmente organizada contra Dios, que ha dominado al mundo hasta ahora. Nimrod fue tan diabólico, que se casó con su propia madre, llamada Semiramis. Después de la muerte inoportuna de Nimrod, su llamada madre-esposa, Semiramis, propagó la diabólica doctrina de la supervivencia de Nimrod como ser espiritual. Ella proclamó el crecimiento completo de un árbol de pino que brotó de un día para otro, desde un tronco seco, que simboliza el surgimiento hacia una nueva vida de la muerte de Nimrod. En cada aniversario de su nacimiento, ella declaró, que Nimrod visitaría el pino y dejaría regalos en él. El 25 de Diciembre, fue la fecha del nacimiento de Nimrod. Este es el origen real del árbol de Navidad.
En base a todo esto ¿ Ud. que festeja? ¿es consciente de esta realidad?
¿Ud. realmente se ha detenido a pensar y a no dejarse llevar por la propaganda consumista inventándonos festejos, comidas de pleno invierno para temperaturas de 30º C, bebidas alcohólicas, etc., dejándose manejar como una marioneta y más que celebrar el supuesto nacimiento de Jesucristo se espera en medio de una fiesta con música a todo volumen y a los gritos la llegada de Papa Noel con sus regalos?
¿qué es eso de “quemar la plata” en un mundo de millones de vidas miserables ,con los fuegos de artificios terminando como siempre en cientos de personas y niños con quemaduras y pérdidas de miembros en los hospitales?
¿ Y qué festejan los que se consideran ateos y no creyentes, de aquellos que inclusive hacen proselitismo anti-religioso? ¿Acaso festejan el triunfo del espíritu del capitalismo sobre la faz de la tierra? ¿el consumismo globalizado en una orgía de alcohol y comidas hasta reventar?¿ el predominio triunfante de la “civilización occidental”?
Vos decidís: ser libre o siervo de la gran Babilonia mundial.
Por más que digamos, que lo celebramos por contrarrestar esta fecha no debemos darle el culto de los dioses paganos al Dios verdadero.
¡¡Felicidades
SERA TU DECISION SEGUIR CELEBRANDO ESTE CULTO PAGANO, LO CIERTO ES QUE A DIOS NO LE AGRADA
LOS CUMPLEAÑOS A LA LUZ DE LA BIBLIA
¿Qué tienen de particular los cumpleaños mencionados en la Biblia?
En la antigüedad, el nacimiento de un hijo solía ser, como hoy, causa de mucho gozo. Sin embargo, la Biblia no menciona que ningún siervo de Dios celebrara su cumpleaños (Salmo 127:3). ¿Será una omisión casual? No, porque sí habla de dos fiestas de cumpleaños: la de un faraón y la de Herodes Antipas (Génesis 40:20-22;Marcos 6:21-29). Y presenta ambas ocasiones con tintes negativos, sobre todo la última, la cual llevó a que se decapitara a Juan el Bautista.
¿Cómo veían los cumpleaños los primeros cristianos, y por qué?
10 Según la obra Las cosas nuestras de cada día, los primeros cristianos “consideraban estas festividades [...] como reliquias de las prácticas paganas”. Los griegos y romanos, por ejemplo, creían que toda persona contaba con un espíritu protector o una “divinidad bajo cuya tutela cada uno nace y vive”, y cuya “fiesta la celebraba cada uno el día de su natalicio”, o cumpleaños (Gran Enciclopedia Rialp). Además, por siglos se ha relacionado estrechamente la fecha del nacimiento con la astrología, y más concretamente con el horóscopo.
11 Aparte de por sus conexiones con el paganismo y el espiritismo, es muy probable que los siervos de Dios rechazaran los cumpleaños por otra razón. ¿Cuál? Su actitud humilde. Sencillamente, no creían que su llegada al mundo fuera tan importante como para festejarla (Miqueas 6:8; Lucas 9:48).* Daban toda la gloria a Jehová, a quien agradecían el maravilloso don de la vida (Salmo 8:3, 4; 36:9; Revelación 4:11).*
12. ¿Cómo puede ser mejor el día de la muerte que el del nacimiento?
12 Cuando un siervo de Dios muere fiel, queda guardado en la memoria de Jehová, lo que le garantiza que volverá a vivir (Job 14:14, 15). Por eso dice Eclesiastés 7:1: “Mejor es un nombre que el buen aceite, y el día de la muerte que el día en que uno nace”. En este pasaje, el “nombre” es la buena reputación que nos ganamos con Dios sirviéndole lealmente. Es significativo que la única conmemoración que se nos manda celebrar a los cristianos no es la de un nacimiento, sino la de una muerte, la de Jesús, cuyo excelso “nombre” es la clave de la salvación (Lucas 22:17-20; Hebreos 1:3, 4).
CELEBRACIONES DE PASCUA QUE ESCONDEN RITOS DE FERTILIDAD
13, 14. ¿Qué origen tienen muchas costumbres populares de Semana Santa?
13 En teoría, la Semana Santa celebra la muerte y resurrección de Cristo. Sin embargo, tiene numerosas conexiones con la religión falsa. Tomemos como ejemplo el uso en muchos países de los huevos y conejos de Pascua. ¿De dónde proceden estas costumbres? El libro Las cosas nuestras de cada día comenta: “Desde tiempos muy remotos, en muchas culturas el huevo simbolizaba nacimiento y resurrección”. Igualmente, la liebre y el conejo son desde hace siglos imágenes de fecundidad. Por eso, aunque la Pascua pretende conmemorar la resurrección de Cristo, es obvio que incorporó del paganismo muchos ritos de fertilidad.*
14 Jehová nunca podría aprobar que se celebrara la resurrección de su Hijo con inmundos ritos de la fertilidad (2 Corintios 6:17, 18). De hecho, la conmemoración de la resurrección de Cristo no está autorizada por las Escrituras. Para colmo, en algunos países recibe un nombre pagano, con lo que la deslealtad a Dios es doble.
LOS ORÍGENES DE LA NOCHE DE BRUJAS
15. ¿Qué origen tiene la Noche de Brujas, y qué detalles significativos pueden mencionarse sobre la fecha en que se celebra?
15 ¿Qué origen tiene la Noche de Brujas (o Halloween, abreviación de un nombre inglés que significa “víspera del día de Todos los Santos”)? Esta fiesta, famosa por sus hechiceras, duendes y grotescos adornos, se celebra el 31 de octubre. Su origen se remonta a la época de los antiguos celtas de Gran Bretaña e Irlanda. Cada año, cuando llegaba la luna llena más cercana al 1 de noviembre, celebraban la fiesta del “Final del Verano” (Samhain). Pensaban que durante esa noche se rasgaba el velo que separaba el mundo humano del sobrenatural, y que los espíritus, tanto buenos como maléficos, vagaban por la Tierra. Como creían que las almas de los difuntos regresaban a sus hogares, les dejaban ofrendas de alimentos y bebidas para apaciguarlos. Por lo tanto, cuando los niños de la actualidad se visten de fantasmas y brujas y van casa por casa amenazando con cometer travesuras si no les hacen un regalito, en realidad están perpetuando sin saberlo los ritos de una fiesta pagana.
BODAS LIMPIAS A LOS OJOS DE DIOS
16, 17. a) ¿Por qué es importante que los novios examinen a la luz de la Biblia las costumbres nupciales de la localidad? b) ¿Qué debemos tomar en cuenta los cristianos al analizar costumbres como lanzar arroz y cosas semejantes?
16 Dentro de poco, “ninguna voz de novio ni de novia volverá a oírse” en Babilonia la Grande, pues será destruida (Revelación 18:23). ¿Por qué? Entre otras cosas, por su participación en prácticas espiritistas. Algunas de ellas se han convertido en costumbres nupciales que pueden contaminar al matrimonio desde su mismo principio (Marcos 10:6-9).
17 Estas tradiciones, que varían de un país a otro, pudieran parecer inocentes, pero no olvidemos que proceden de la religión falsa. Entre ellas están las acciones que supuestamente traen buena suerte a los novios y sus invitados (Isaías 65:11). Tomemos como ejemplo la costumbre de lanzar arroz y cosas semejantes. Es probable que la intención original fuera apaciguar con comida a los espíritus malignos para que no hicieran daño a los recién casados. Además, el arroz se ha considerado por siglos símbolo de fertilidad, dicha y larga vida. Es obvio, por tanto, que para mantenerse en el amor de Dios hay que evitar estas costumbres impuras (2 Corintios 6:14-18).
18. ¿Qué principios bíblicos deben orientar tanto a las parejas que van a casarse como a sus invitados?
18 Los siervos de Jehová tampoco admiten prácticas que resten dignidad a las bodas y banquetes, o que puedan ofender a algunas conciencias. No toman la palabra para hacer comentarios sarcásticos o insinuantes, ni abochornan a los novios o a otras personas con bromas de mal gusto (Proverbios 26:18, 19; Lucas 6:31; 10:27). También evitan las bodas espectaculares y fastuosas que, sin modestia alguna, no son más que pura “exhibición ostentosa” de la posición social (1 Juan 2:16). El deseo de Jehová es que las parejas puedan recordar ese día especial con cariño, y no con pesar.*
¿ES EL BRINDIS UNA COSTUMBRE CON TINTES RELIGIOSOS?
19, 20. ¿Qué dice sobre el origen del brindis una obra especializada, y por qué es inaceptable esta costumbre para el cristiano?
19 En las bodas, así como en otras reuniones sociales, es frecuente hacer brindis. En el año 1995, una obra especializada señaló que el brindis “es una práctica social que probablemente se remonta a las antiguas libaciones, sacrificios en los que se ofrecía un líquido sagrado a los dioses [...] a cambio de un deseo, elevando una súplica que se resume en las palabras ‘¡que sea por muchos años!’ o ‘¡a tu salud!’” (International Handbook on Alcohol and Culture).
20 Es cierto que muchos no consideran el brindis un gesto religioso ni una superstición. Sin embargo, la costumbre de alzar la copa pudiera verse como una súplica al “cielo”, o a una fuerza sobrenatural, para pedir algún favor. Esta forma de solicitar una bendición no está de acuerdo con las Escrituras (Juan 14:6; 16:23).*
Las fechas no encajan
Todos nos hemos preguntado alguna vez cómo es posible que el año, en la era cristiana, comience el 1 de enero, aunque el nacimiento de Cristo, punto de partida teórico del cómputo del tiempo en esta era, se haya fijado un 25 de diciembre. También es común otra pregunta: ¿Cómo es posible que Jesús haya sido adorado por pastores que custodiaban rebaños de ovejas, durmiendo al raso, en pleno mes de diciembre? ¿Eran pastores suicidas? Estas incoherencias del relato navideño cristiano suscitan siempre todo género de perplejidades. El hombre de hoy suele despachar la contradicción encogiéndose de hombros o rechazando como “patraña” la integridad del hecho navideño. Pero estos fáciles expedientes se complican cuando constatamos que el 25 de diciembre era también una gran fiesta en el mundo romano, y que la noche del 24 al 25 de diciembre marca asimismo el solsticio de invierno, la noche más larga del año. La documentación histórica hará el resto: descubriremos así que tras la Navidad se oculta una de las constantes más profundas del alma de la cultura europea.
Al lector le sorprenderá saber que la Iglesia nunca creyó que Jesús naciera realmente el 25 de diciembre. De hecho, la fecha exacta del nacimiento de Jesús es desconocida, porque en el Oriente antiguo no se celebraban los cumpleaños y allí, generalmente, los padres no recuerdan cuándo han nacido sus hijos. Se trata de costumbres que han durado hasta fecha reciente: en los censos elaborados en el Oriente Medio tras la descolonización, la mayor parte de los ciudadanos ignoraba su propia edad. Tampoco las Escrituras ayudan a despejar la incógnita. El Evangeliocanónico más antiguo, que es el de Marcos, pasa completamente por alto la infancia de Jesús. Mateo sitúa su nacimiento en Belén, según la profecía de Miqueas, pero no nos especifica nada más. El prólogo añadido al Evangelio de Lucas, donde se dice que “había en la región unos pastores que pernoctaban al raso y de noche se turnaban velando sobre su rebaño” (2, 8), sugiere una fecha primaveral. La tradición posterior de la gruta de pastores no se encuentra en los evangelistas; parece que se refiere a un santuario del dios Adonis tardíamente anexionado por la Iglesia para su culto.
Nunca, pues, pudo la Iglesia primitiva fijar la fecha exacta del nacimiento de Jesús. Existe constancia documental de que en el siglo II hubo amplios debates sobre este punto, y de que se saldaron con las afirmaciones más contradictorias. Clemente de Alejandría propuso la fecha del 18 de noviembre; otros señalaron el 2 de abril, el 20 de abril, el 20 o el 21 de mayo… Ésta última era la apuesta de los cronólogos egipcios. Pero un De Pascha Computus fechado en 243 afirma que la natividad se produjo el 28 de marzo. Los marcionitas, por su parte, negaron la mayor: Jesús había descendido directamente del cielo y apareció en Cafarnaún ya como adulto, durante el año 15 del reinado de Tiberio (Cf. Robert de Herte:“Petit dictionnaire de Noël”, en Etudes & Recherches, 4-5, enero 1977).
Había motivos religiosos y filosóficos que respaldaban la opción de quienes preferían dejar la cuestión sin respuesta: por eso Orígenes,hacia el año 245, consideró “inconveniente” ocuparse de festejar el nacimiento de Cristo “como si se tratara de un rey o un faraón”. Sin embargo, en esa misma época estaban apareciendo gran cantidad de protoevangelios y “evangelios de la infancia”, a cada cual más fantástico, que disparaban la imaginación de los fieles. Averiguar la fecha exacta de la natividad se había convertido en un problema de primer orden, seguramente porque en aquel tiempo la doctrina cristiana empezaba a configurarse como un corpus relativamente consolidado, obligado a no dejar ni una sola pregunta sin solución.
La Epifanía de Osiris/Dionisos
Fue así como empezó a aceptarse la propuesta formulada por los basilidianos de Egipto, una secta gnóstica semi-cristiana, seguidora de las enseñanzas de Basílides y que en la primera mitad del siglo II habían sugerido la fecha del 6 de enero. Los cristianos de Siria y después todas las comunidades de Oriente respaldaron la decisión. Pero, ¿por qué el 6 de enero? Porque esa fecha era ya, en el oriente del Viejo Mundo, la de la Epifanía (del griego epiphaneia, “aparición”) de Osiris y de su correspondiente griego, Dionisos, y la continuidad de estos dioses con Cristo era parte de la doctrina del mencionado gnóstico Basílides.
El 6 de enero era la fecha de la bendición de los ríos en el culto de Dionisos, que los griegos identificaron con el dios egipcio Osiris. Esta correspondencia venía justificada por profundas afinidades rituales. La epifanía o aparición de Dionisos tuvo lugar en la Isla de Andros, donde, en la noche del 5 al 6 de enero, manaba un “vino milagroso” que daba testimonio de la presencia invisible del dios. Respecto a la epifanía de Osiris, que también se festejaba en la misma fecha (el 11 Tybi, es decir, el 5/6 de enero), venía precedida por un periodo de duelo donde se lloraba al dios muerto en la época del solsticio de invierno; luego reaparecía Osiris y las aguas del Nilo se hacían vino. Todo el mundo greco-oriental celebraba en esta fecha fiestas semejantes. La fuente sagrada de Dionisos manaba vino también en el santuario de Teos.
Hay, además, una importante presencia femenina en estas fiestas de la Epifanía. Bajo el vino santo de Dionisos, Isis alumbraba a Harpócrates, el sol que volvía a nacer. En la astrología de la alta antigüedad, el 6 de enero marcaba el momento en que el sol salía por la constelación de la Virgen. En Alejandría se celebraban ceremonias en el templo de la Virgen, el Koreión, pues la Virgen había dado a luz a su hijo Aión, el Eterno, homólogo de Dionisos y Osiris. Este último rito es particularmente interesante: tras una vigilia de plegarías, los fieles bajaban a una cripta para retirar una estatua de un niño recién nacido que exhibía en la frente, las manos y las rodillas, las marcas de una cruz y una estrella de oro. Los fieles proclamaban: “La Virgen ha dado a luz; ahora crecerá la luz”. La Virgen… El carácter sagrado de la madre del Dios, ignorado y en ocasiones hasta negado en el ámbito judeocristiano, es una aportación específicamente europea al universo religioso del catolicismo. Isidro Palacios ha dedicado amplias páginas a interpretar el significado profundo de la Dama (Apariciones de la Virgen, Temas de Hoy, 1994). Retengamos el dato, porque luego volveremos a toparnos con otras damas que pueblan el paisaje navideño. Señalemos, para concluir este apartado, que esta fiesta del alumbramiento de Aión tenía un carácter cívico: Alejandro Magno había fundado Alejandría en el año —331 y, para asegurar la eternidad de la ciudad, la había consagrado a Aión, el Eterno.
Es evidente que el triple culto de Dionisos, Osiris y Aión determinó la opción de los basilidianos por el 6 de enero a la hora de fijar el nacimiento de Jesús, acontecimiento que en aquella época era idéntico a la Epifanía. Máxime cuando a esa misma fecha, y por el mismo motivo, se le atribuyen otros dos hechos milagrosos: el bautismo de Jesús en aguas del Jordán y el episodio de las bodas de Caná con la transformación del agua en vino. Estos episodios del culto cristiano guardan una clara relación ritual con las ceremonias acuáticas en el Nilo de Osiris, que era igualmente hijo de un dios y una mortal, como explica Luciano(Diálogos, IX, 2), y con la tradición griega y egipcia que conmemora las nupcias del dios solar y las aguas, incluida la transformación de éstas en vino. Pero no era sólo cuestión de gnósticos, como los basilidianos. En el cristianismo oriental de los primeros tiempos, la identificación de Cristo con el Sol es una constante. Hacia el año 170, Melitón de Sardes,obispo de Lidia, había comparado inequívocamente a Cristo con Helios, el dios Sol: “Si el Sol con las estrellas y la Luna se bañan en el océano, ¿cómo no iba Cristo a ser bautizado en el Jordán? El rey del cielo, príncipe de la creación; el sol levante que apareció también ante los muertos del Hades y los muertos de la Tierra, ha ido, como un verdadero Helios, hacia las alturas del cielo”.
De manera que en siglo IV, y empujado por la fuerza de esta memoria mítica, todo el Oriente cristiano está ya celebrando el nacimiento de Jesús el 6 de enero. En 386 se ha decidido oficialmente que las dos grandes fiestas cristianas son Pascua y Epifanía. Un año antes, el papa Siricio,recién entronizado en la Silla de Pedro, había calificado la fecha del 6 de enero como “Natalicia”.
Nos hallamos aquí en presencia de un fenómeno que los antropólogos conocen por sincretismo, a saber, la conjunción de dos o más rasgos culturales de origen diferente que dan lugar a un nuevo hecho cultural. La Europa suroriental de los primeros siglos de nuestra era, donde confluían las tradiciones griega, egipcia y judeo-cristiana, junto a muchas otras ramas de la religiosidad del oriente próximo, fue terreno abonado para este género de fenómenos. Pero si el carácter sincrético de la Epifanía cristiana del 6 de Enero es evidente, igualmente lo será la otra gran tradición navideña: la de celebrar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre.
La fiesta del Sol Invicto
Efectivamente, mientras la Iglesia de Oriente adopta el 6 de enero como fecha de la Natividad, en el occidente de Europa se empieza a adoptar la fecha del 25 de diciembre. Y también aquí el origen es pre-cristiano: en este caso no Osiris ni Dionisos, sino Mitra, aquel dios solar de los persas, seguramente derivado del Mitra indio, y que las legiones romanas trajeron a Europa. El culto de Mitra, aunque se remonta a los siglos VII y VI, conoció un formidable impulso en la Roma del siglo II. De hecho, esta época conoció una dura competencia entre el cristianismo y el mitraísmo, pues ambas, que compartían muchos elementos comunes (la idea de redención, la salvación de las almas después de la muerte, etc.) pugnaban por convertirse en la religión dominante de un Imperio que había ya abandonado a sus viejos dioses. Y los mitraístas festejaban el renacimiento de Mitra todos los años, el 25 de diciembre, justo en medio del periodo del solsticio de invierno, después de las saturnalias romanas.
Además, hay que tener en cuenta que en esta misma época los pueblos bárbaros —esto es, los nada o poco romanizados— seguían celebrando en torno al 25 de diciembre sus viejos ritos solsticiales. Así la Iglesia consideró bueno operar en su provecho un hábil sincretismo. ¿Acaso la Biblia no llama al Mesías “el Sol de la justicia”, como escribió Malaquías?
En efecto, el 25 de diciembre era en Roma la fiesta del Sol Invicto. Según cuenta Macrobio, ese día los fieles se dirigían a un santuario de donde sacaban una divinidad del Sol, representado como un niño recién nacido. Las enseñas del emperador Juliano portaban el lema Soli Invicto. En el calendario de Philocalus, en el año 354 (que, por cierto, fue descubierto y dado a conocer por Theodor Mommsen), el 25 de diciembre se señalaba como Dies natalis Solis invicti; junto a la primera mención del nacimiento de Cristo y la indicación del nacimiento de Mitra. Y esta fecha, el día del sol invicto, venía a coincidir también con la vieja tradición de la Europa precristiana de celebrar el solsticio de invierno, que ha sido una de las fiestas más importantes de los pueblos indoeuropeos y que como tal ha sobrevivido en todas las culturas que éstos han creado.
El solsticio de invierno marca el momento de las noches más largas del año; el sol parece estar a punto de extinguirse. Este periodo dura doce noches, desde el 25 de diciembre hasta el 6 de enero. Según la tradición, en este tiempo los reinos de los vivos y los muertos entran en comunicación. Encontramos este motivo mítico en los celtas, los griegos, los germanos y los indios védicos. Pero, lejos de significar un tiempo de oscuridad, los antepasados de los europeos lo celebraban como anuncio indudable del próximo retorno del Sol y del renacimiento de la vida que no muere bajo el frío invernal.
Hoy se reconoce de forma prácticamente unánime que fue la pre-existencia de esta fiesta pagana lo que llevó a la Iglesia a fijar el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre. Escuchemos a Arthur Weigall:“Esta nueva fecha fue elegida enteramente bajo influencia pagana. Desde siempre había sido la del aniversario del sol, que se celebraba en muchos países con gran alborozo. Tal elección parece habérsele impuesto a los cristianos por hallarse éstos en la imposibilidad, ya fuera de suprimir una costumbre tan antigua, ya fuera de impedir al pueblo que identificara el nacimiento de Jesús con el del Sol. Así hubo que recurrir al artificio, frecuentemente empleado y abiertamente admitido por la Iglesia, de dar una significación cristiana a este rito pagano irreprimible” (Survivences païennes dans le monde chrétien, París, 1934). Esta misma tesis es admitida por numerosos autores cristianos. Credner, en 1833, señalaba: “Los Padres transfirieron la conmemoración del 6 de enero al 25 de diciembre porque la costumbre pagana quería que se celebrara en esta fecha el nacimiento del Sol, encendiendo velas en signo de alegría, y porque los cristianos tomaban parte en estos ritos y festejos. Cuando los doctores vieron cuán ligados seguían los cristianos a esta fiesta, tomaron la decisión de hacer que la Natividad se celebrara en este día” (“De natalitiorum Christi origine”, Zeitsch, Hist. Theol., III).
La fusión, no obstante, presentaba sus riesgos desde el punto de vista doctrinal, porque la identificación entre Cristo y el Sol llegaba, en las prédicas de los propios padres, a extremos demasiado paganizantes. Así en el siglo IV San Efrén, en su Himno a la Epifanía, había desarrollado una explicación absolutamente solsticial del misterio cristiano: “El Sol es victorioso y misterio son los pasos con que se eleva. Ved que hay doce días desde que el sol se eleva en el cielo, y hoy henos aquí en el décimotercer día. Símbolo perfecto del Hijo y sus Doce apóstoles. Vencidas las tinieblas del invierno, para demostrar que Satán ha sido vencido. El Sol triunfa para demostrar que el hijo único de Dios celebra su triunfo”. Este tipo de interpretaciones se hicieron muy frecuentes en los primeros tiempos: la fiesta del Sol todavía tenía más arraigo popular que la conmemoración de la Natividad. No es extraño que San Agustín, en sus Sermones, suplicara a sus contemporáneos que no reverenciaran el 25 de diciembre como día únicamente consagrado al Sol, sino también en honor a Jesús.
Un testimonio más tardío, el de Beda el Venerable, a principios del siglo VIII, nos ofrece detalles muy concretos sobre cómo se aplicó el sincretismo cristiano sobre el solsticio pagano. Así, en la Historia Ecclesiastica gentis Anglorum del célebre monje benedictino, leemos que en el año 601 el papa Gregorio I encomendó a los misioneros ingleses, sobre todo a Melitus y Agustín de Cantorbery, desviar de su sentido originario las costumbres paganas más arraigadas, y no combatirlas abiertamente: “No destruyais los santuarios donde se sientan sus ídolos —explicaba el papa—, sino sólo los ídolos que están en esos santuarios. Consagrad el agua traída a tales templos y levantad allí altares… de forma que el pueblo, viendo que sus templos no son destruidos, renuncie a sus errores y reconozca y adore al verdadero Dios. (…) Y si tienen el hábito de sacrificar bueyes a los demonios, ofrecedles alguna celebración en lugar de ese sacrificio… Que celebren fiestas religiosas y honren a Dios con sus fiestas, de modo que puedan conservar sus placeres exteriores, pero estando mejor dispuestos a recibir los gozos espirituales”.
La primera mención latina del 25 de diciembre como fecha de la Navidad se remonta al año 354. Sin embargo, no existe constancia de que en tal época celebrara la Iglesia fiesta alguna. La tradición dice que la fiesta de la Navidad fue instituida por el papa Julio I, cabeza visible de la Iglesia entre 337 y 352, pero no hay ningún documento que permita asegurarlo. Más probable parece que fuera un poco más tarde, bajo el reinado del emperador de Occidente Honorio, entre los años 395 y 423, cuando la Natividad del Señor el 25 de diciembre se convirtió en fiesta religiosa, puesta en pie de igualdad con la Pascua y la Epifanía, quedando esta última reducida únicamente al episodio de los reyes magos, y asimilándosele las bodas de Caná y el bautismo en el Jordán. No obstante, ésto acontecía sólo en la Iglesia de Occidente, porque en Oriente la Navidad seguía celebrándose como Epifanía, el 6 de enero: existe constancia de que a finales del siglo IV así ocurría en Chipre y en Jerusalén; Juan Crisóstomo, en una de sus prédicas en Antioquía el día de Pentecostés, sólo cita tres grandes fiestas cristianas, a saber, Epifanía, Pascua y el propio Pentecostés. No será hasta el 440 cuando la Iglesia decida oficialmente celebrar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre. Aún así, ésta no constituirá fiesta obligatoria hasta que así lo decida el Concilio de Agde, en el 506. Y habrá que esperar al año 529 para que el emperador Justiniano la implante como día festivo.

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¿Quiénes eran los Reyes Magos?
Es muy significativo el hecho de que el paso de la Navidad del 6 de enero al 25 de diciembre haya coincidido con la implantación del cristianismo en Europa, su triunfo en Roma y el abandono progresivo de los ritos orientales. Desde el año 450, el papa León Magno había comenzado la revisión doctrinal al definir la Epifanía como “la fiesta de los Magos”. En Milán, Ambrosio conmemorará el 6 de enero el bautismo de Cristo. A principios del siglo V, en Italia, la Epifanía es llamada “la fiesta de los tres milagros”: la adoración de los Magos, el bautismo en el Jordán y la transformación del agua en vino.
La aparición de estos personajes, los Reyes Magos o Magos de Oriente,merece mención aparte, porque constituye también un claro ejemplo de sincretismo. Los Magos sólo aparecen en el más tardío de los Evangelios sinópticos, que es el de Mateo. Éste habla de “sabios”, en número indefinido, que acuden a Belén guiados por una estrella milagrosa. Las connotaciones mitraísmo del episodio son evidentes:

el empleo de la palabra magi (“magos”), de origen indoeuropeo, permite descubrir una clara alusión a los sacerdotes persas, adoradores de Mitra; éstos, en la época del nacimiento de Jesús, mantenían el culto en Jerusalén y parecen haber gozado de una notable influencia; conviene saber, por otra parte, que Mitra, nacido el 25 de diciembre, fue también adorado por pastores que le llevaron ofrendas, es decir, el mismo episodio que encontramos en Lucas. Respecto a la estrella, caben las hipótesis más dispares: desde la de que se trata de un cometa hasta la propuesta por dos astrónomos franceses, Jean Gagé y Franz Cumont, que la identificaron como el “pequeño rey” de la constelación de Leo (el regulus de los romanos, el basilikos de los griegos). Esta última tesis tiene la ventaja de coincidir con la tradición irania: los persas atribuían a esta estrella la capacidad de despertar vocaciones de realeza, e intervenía en el horóscopo que dibujaban los sacerdotes para determinar el momento del nacimiento del rey cuando la constelación entraba en el Sol. Las conexiones entre el episodio de los Magos y la tradición persa no terminan aquí. En una versión árabe de los Evangelios descubrimos el siguiente pasaje: “Ved cómo los magos vinieron de Oriente a Jerusalén, según predijo Zoroastro”. El texto zoroástrico alude a un Mesías que es Saushyant, el dios-salvador iraní, identificado más tarde con Mitra.

el empleo de la palabra magi (“magos”), de origen indoeuropeo, permite descubrir una clara alusión a los sacerdotes persas, adoradores de Mitra; éstos, en la época del nacimiento de Jesús, mantenían el culto en Jerusalén y parecen haber gozado de una notable influencia; conviene saber, por otra parte, que Mitra, nacido el 25 de diciembre, fue también adorado por pastores que le llevaron ofrendas, es decir, el mismo episodio que encontramos en Lucas. Respecto a la estrella, caben las hipótesis más dispares: desde la de que se trata de un cometa hasta la propuesta por dos astrónomos franceses, Jean Gagé y Franz Cumont, que la identificaron como el “pequeño rey” de la constelación de Leo (el regulus de los romanos, el basilikos de los griegos). Esta última tesis tiene la ventaja de coincidir con la tradición irania: los persas atribuían a esta estrella la capacidad de despertar vocaciones de realeza, e intervenía en el horóscopo que dibujaban los sacerdotes para determinar el momento del nacimiento del rey cuando la constelación entraba en el Sol. Las conexiones entre el episodio de los Magos y la tradición persa no terminan aquí. En una versión árabe de los Evangelios descubrimos el siguiente pasaje: “Ved cómo los magos vinieron de Oriente a Jerusalén, según predijo Zoroastro”. El texto zoroástrico alude a un Mesías que es Saushyant, el dios-salvador iraní, identificado más tarde con Mitra.
Los Evangelios no dicen nada acerca del número, el nombre o la apariencia física de los Magos. Los cristianos de Oriente decían que son doce. La tradición romana se quedará con tres, a los que dará nombres fantásticos. El título de “Reyes” parece haberse añadido tardíamente para que la tradición y el Evangelio concordaran con las profecías judías: “Reyes serán tus ayos, y sus princesas tus nodrizas; postrados ante tí, rostro a tierra, lamerán el polvo de tus pies” (Isaías, 49, 23). La leyenda se fue ampliando poco a poco, según esa ley de la memoria de los pueblos que convierte el mito en realidad incontrovertible y que hace real lo imaginario. Durante la Edad Media los Reyes Magos despertarán una gran devoción. Se supone que sus reliquias fueron trasladadas en el siglo VI desde Constantinopla hasta Milán. En el año 1164, el emperador Federico Barbarroja las hizo transportar a la catedral de Colonia, donde aún hoy reposan.
No obstante, y por importante que fuera la fiesta de los Reyes Magos, la fecha del 6 de enero quedaba notablemente disminuida respecto a la nueva fecha de la Navidad. Para facilitar el cambio de fechas, la Iglesia recurrirá a un desdoblamiento doctrinal: la Navidad, el 25 de diciembre, conmemora el nacimiento físico de Jesús (natalis in carne); la Epifanía, el 6 de enero, celebrará el “segundo nacimiento”, espiritual, de Cristo, simbolizada por el bautismo en aguas del Jordán. Esto no dejará de producir violentos conflictos entre las iglesias latina y oriental. Las comunidades de Siria y Armenia declararán desde el primer momento su horror por la elección de un día como el 25 de diciembre, reconocido como marcadamente pagano: acusarán a los “occidentales” de idolatría y seguirán fieles al 6 de enero, olvidando que esta fecha, la escogida por los seguidores de Basílides, también era de origen pagano.
En Europa la tradición era poco a poco unificada, los viejos textos litúrgicos sobre la Epifanía eran “corregidos” para encajar las innovaciones y los sacerdotes celebraban en Cristo la lumen lumine (“luz de luz”, expresión retomada de la liturgia DEL mitraísmo: “llama nacida de la llama”). Con el transcurrir del tiempo, siglos más tarde, la Epifanía irá perdiendo importancia en la Iglesia de Occidente y quedará reducida al episodio de los Magos, mientras que el bautismo en aguas del Jordán
se transferirá al 13 de enero. Recientemente, en 1972, la Iglesia de Roma romperá una vez más la tradición y hará de la Epifanía una fiesta móvil, para satisfacer “fines ecuménicos”. Mientras tanto, en Oriente, la Epifanía alcanzaba una importancia que jamás conocerá en Occidente: en el imperio bizantino, el agua de Epifanía será durante mucho tiempo bendecida y asperjada sobre los fieles, costumbre ritual que no llegará a la iglesia latina hasta el siglo XV. Todavía hoy, la Iglesia armenia, sometida al rito jerosolomitano, rechaza la fecha del 25 de diciembre; los cristianos coptos de Egipto aún celebran el 11 Tybi (6 de enero) el Aïd-el-Ghitas o “fiesta de la inmersión”.

Esta actitud de rechazo no será excepcional en la historia del cristianismo. Los maniqueos, por ejemplo, siempre se negaron a reconocer la fecha del 25 de diciembre. Lo mismo hicieron numerosos grupos protestantes. En la Inglaterra de Cromwell, las celebraciones de Navidad fueron suprimidas por la violenta hostilidad de los puritanos hacia todo cuanto pudiera recordar ese origen pagano. La Navidad no se restableció hasta 1660, tras la restauración de Carlos II. En Escocia, la Navidad fue prohibida en 1583 y se arbitraron graves sanciones para quien la festejara. Todavía hoy, numerosas sectas cristianas, como los Testigos de Jehová, rehusan celebrarla.
Supervivencia de los ritos paganos
Señalemos que esta fobia de tantas familias cristianas hacia la fiesta de la Navidad está completamente justificada desde su punto de vista. La cristianización de la fiesta, aunque profunda, no fue capaz de eliminar los rasgos eminentemente paganos del 25 de diciembre. Para constatarlo basta con repasar los elementos rituales populares que rodean a la Navidad. Veremos así que todos ellos, en Europa, tienen un origen innegablemente pagano.
Tomemos, por ejemplo, una de las costumbres más típicamente navideñas: la del banquete. Para culminar la cristianización del solsticio, la Iglesia quiso hacer del periodo de Adviento (las cinco o seis semanas, según el rito, previas a la Navidad) un periodo de penitencia y ayuno. El papa Gregorio Magno, a principios del siglo VII, predicó una serie de homilías en ese sentido, pero su éxito fue muy limitado. El periodo de ayuno fue reduciéndose poco a poco hasta quedar limitado a unos pocos días. Su carácter obligatorio perdió fuerza y los propios papas se vieron obligados a tolerar su transgresión, antes de que fuera definitivamente abolido por el nuevo código de Derecho Canónico en 1918; en la Iglesia de Oriente, por el contrario, su práctica sigue siendo muy estricta. Y es que las semanas previas a la Navidad, en Europa, han sido siempre un periodo de alegría y alborozo, de gozosa preparación a la fiesta, sin carácter expiatorio. Tradicionalmente, el pueblo ha celebrado el periodo de Adviento a partir del 11 de noviembre, San Martín, fecha (móvil, no obstante) que tanto en Alemania como en España permanece vinculada a la matanza del cerdo. El cerdo, de hecho, ha sido el manjar emblemático de la Navidad hasta que los españoles introdujeron en Europa el pavo, procedente de México.

Y así el adviento pagano es una verdadera escalada gastronómica que culmina con los banquetes solsticiales, los días 24 y 25 de diciembre, y con el apogeo de los dulces de Navidad: todos los pueblos de Europa poseen sus propios dulces navideños, desde los mazapanes y turrones españoles hasta los cognés de la Lorena, pasando por las keniolles de Flandes y el plum pudding inglés. Es una costumbre antiquísima: existe constancia documental de que en la Edad Media los vasallos ofrecían a sus señores “panes de Navidad” en signo de fidelidad renovada.
Y así el adviento pagano es una verdadera escalada gastronómica que culmina con los banquetes solsticiales, los días 24 y 25 de diciembre, y con el apogeo de los dulces de Navidad: todos los pueblos de Europa poseen sus propios dulces navideños, desde los mazapanes y turrones españoles hasta los cognés de la Lorena, pasando por las keniolles de Flandes y el plum pudding inglés. Es una costumbre antiquísima: existe constancia documental de que en la Edad Media los vasallos ofrecían a sus señores “panes de Navidad” en signo de fidelidad renovada.
Otro tanto cabe decir de una estampa tan vinculada al periodo navideño como la de los niños que piden el aguinaldo. El origen de esta palabra, aguinaldo, es un misterio. En castellano antiguo se decía aguilando, y la Real Academia Española lo hace derivar del latín hoc in anno. En francés se dice Au gui l’an neuf; en dialecto gascón, aguilloné. Pero en bretón recibe el nombre de aghinaneu, lo cual ha hecho pensar en un origen céltico del término. Su campo semántico es siempre el mismo: un coro —ya de niños, ya de pobres— que en los días de Navidad pide limosna de casa en casa. Hoy designa especialmente el regalo que se ofrece a los grupos de escolares que recorren los hogares durante el periodo navideño, y muy especialmente durante las doce noches que dura el solsticio de Invierno,

tocando música y cantando. Desde el punto de vista antropológico se ha explicado numerosas veces su significado social y “mágico”: en origen son un signo de buen augurio, porque los niños, al recibir los regalos de la comunidad, aseguran la suerte durante el año que entra; por eso existe también la superstición de que negarse a atender sus peticiones trae mala suerte.

tocando música y cantando. Desde el punto de vista antropológico se ha explicado numerosas veces su significado social y “mágico”: en origen son un signo de buen augurio, porque los niños, al recibir los regalos de la comunidad, aseguran la suerte durante el año que entra; por eso existe también la superstición de que negarse a atender sus peticiones trae mala suerte.

Banquetes, aguinaldos, villancicos… y regalos, por supuesto. ¿Qué sería una Navidad sin regalos? No hace falta haber leído a Bataille para saber que el regalo es un símbolo comunitario —y sagrado— de alegría puesta en común. Y a este respecto, el paisaje es de lo más diverso. En los países donde el imaginario católico medieval arraigó con mayor fuerza, como España, los Reyes Magos siguen siendo los grandes protagonistas (ése es también el origen de otra bella tradición típicamente española: el belenismo, o construcción de reproducciones artísticas del imaginario portal de Belén). Pero es evidente que la práctica del regalo navideño es anterior al cristianismo, a juzgar por la gran cantidad de personajes que en estas fechas recorren los hogares.
Los que nos traen los regalos
Uno de los más antiguos dispensadores de regalos es, curiosamente, San Martín, el mismo que da la señal para la matanza ritual del cerdo. Pero, según parece, este Martín no tiene nada que ver con el viejo obispo militar de Tours (316-400), fundador del monasterio de Ligugé, sino que la tradición popular ha utilizado su figura para reencarnar en él a un personaje anterior, patrón de las fiestas del buen comer y mejor beber, del que quedan evidentes huellas en los Martinsfeuer, Martinhorn o Martinsmännchen de diferentes regiones alemanas. San Martín da los regalos en Flandes y en algunas zonas rurales de Bélgica. Antaño fue así también en Cataluña, y más concretamente en la región del Ampurdán, según refiere Joan Amades: “Se decía a los niños que, al caer la noche, llegaría San Martín vestido como un pobre y montado en un asno flaco y mugriento, y que en la ventana de los niños buenos pondría castañas y otros frutos secos, y en la ventana de los niños malos dejaría cenizas y las boñigas del asno” (Costumari catalá, vol.7, p.711). El asno, por cierto, es también el animal que acompaña a Frau Holle y a San Nicolás.
Y este San Nicolás, ya que aquí aparece, nos da otra muestra de curiosa coincidencia entre los Países Bajos y el Levante español. El San Nicolásde la hagiografía cristiana es el antiguo obispo de Mira, en Asia Menor, en el siglo IV. Su fiesta, el 6 de diciembre, es —o era— el gran día infantil de los regalos en gran parte de Centroeuropa, donde la llegada de San Nicolás/Santa Claus marca el inicio del periodo de Adviento. Una y otra figura, la del santo y la del dispensador de regalos, responden, evidentemente, a orígenes distintos. Según explica F.X. Weiser, “tras el nombre de Santa Claus se oculta la figura del dios pagano germánico Thor, cuya leyenda ha pasado al viejo obispo en la presentación moderna de San Nicolás… Para nuestros antepasados paganos, es el dios más alegre y mejor, que nunca dañaba a los humanos, sino que los ayudaba y protegía. En cada casa se le consagraba un lugar especial ante el altar, y se decía que descendía por la chimenea en su elemento, el fuego” (Fetes et coutumes chrétiennes. De la liturgie au folklore, Mame, 1961). Pero este origen germánico se complica si tenemos en cuenta que, en la tradición popular de los Países Bajos, se dice que San Nicolás viene de España. ¿Es sólo un recuerdo de la época imperial? El antropólogo José Antonio Jáuregui, en conversación personal, nos confió hace pocas fechas su descubrimiento de que hacia los siglos XV o XVI existía pareja fiesta de San Nicolás en Valencia, lugar de escasísima presencia germánica. ¿Es la misma fiesta? ¿Tal vez el actual San Nicolás centroeuropeo es una mixtura de elementos germánicos y otros mediterráneos aportados por los soldados españoles? Misterio. En todo caso, lo seguro es que no se trata del obispo de Mira.
Una variante muy interesante a este respecto es la que protagonizan las figuras femeninas. En el norte de Italia goza de gran popularidad el Hada Befana; en ciertas regiones de Francia, los regalos los trae la Tante Arie; en Rusia, Babushka; en el sur de Alemania, el hada Perchta (o Berchta) aparece durante la época del solsticio para proteger a los niños. Es imposible no conectar estas damas con la Frau Holle alemana, verosímilmente derivada a su vez, como ha demostrado Alain de Benoist, de la vieja diosa de la tercera función Holda, encargada de la protección de los niños y las mujeres. ¿Por qué tantas hadas y en lugares tan diferentes? Volvamos al testimonio de Beda el Venerable: “Los antiguos pueblos de Inglaterra hacen comenzar el año el 25 de diciembre, el día en que nosotros celebramos el nacimiento del Señor, y esa misma noche que para nosotros es tan sagrada, ellos la llaman modranecht (modra niht), es decir, la noche de las madres”.
Estas “madres” celebradas en Navidad, según interpretación hoy comúnmente admitida, serían antiguas divinidades benefactoras que habrían sobrevivido en los mencionados personajes navideños. El linaje precristiano de esta figura quedaría confirmado por algunas de las leyendas que acompañan a estas damas: así, de la Babushka rusa se dice que en los primeros tiempos sufrió la maldición de los obispos; también Frau Holle está vinculada al viejo rito de la caza salvaje de Wotan, identificado por la Iglesia con el Diablo (rito del cual, por cierto, existe un eco en la tradición gallega: el de los gigantescos jinetes que viven en el fondo del valle de Monterrey, en Orense, y que el día del fin del mundo saldrán con sus caballos librando descomunal batalla con los hombres de la superficie; en otro momento nos ocuparemos de ésto).
Estas “madres” celebradas en Navidad, según interpretación hoy comúnmente admitida, serían antiguas divinidades benefactoras que habrían sobrevivido en los mencionados personajes navideños. El linaje precristiano de esta figura quedaría confirmado por algunas de las leyendas que acompañan a estas damas: así, de la Babushka rusa se dice que en los primeros tiempos sufrió la maldición de los obispos; también Frau Holle está vinculada al viejo rito de la caza salvaje de Wotan, identificado por la Iglesia con el Diablo (rito del cual, por cierto, existe un eco en la tradición gallega: el de los gigantescos jinetes que viven en el fondo del valle de Monterrey, en Orense, y que el día del fin del mundo saldrán con sus caballos librando descomunal batalla con los hombres de la superficie; en otro momento nos ocuparemos de ésto).
Con todo, y a pesar del enorme interés de esta presencia femenina en los regalos rituales navideños, la figura predominante es masculina. La Babushka rusa va siempre acompañada (cuando no es simplemente sustituida), por Frost, el hielo o “Padre Invierno”. Por cierto que en la Borgoña existe un homólogo suyo: el Padre Enero. En otros lugares, como en el País Vasco, es el Olentzaro quien da los regalos; el Olentzaro entronca directamente con las figuras aquí descritas, pero presenta una característica muy particular: representado como un muñeco de paja o madera ataviado con la vestimenta típica de los campesinos de la zona, al final es sin embargo apaleado por la chiquillería. Detengámonos brevemente en este punto. Contra la peculiaridad que algunos hermeneutas del vasquismo pretenden ver aquí, la realidad es que este rito del apaleamiento del Olentzaro evoca innegablemente las ceremonias de subversión e inversión características de las viejas saturnalias romanas, que se corresponden con las “fiestas de los locos” de otros lugares de Europa: los fuegos saturnales del 21 de diciembre; el “rey de burlas” de las legiones romanas, el día 22 de diciembre; las mascaradas de Deméter en Grecia, el 26 de diciembre; la fiesta de los Inocentes, superpuesta tardíamente a la fiesta de los locos, el día 28; las Kalendas Ianuarias del 1 de enero, condenadas por Isidoro de Sevilla por dar lugar a todo tipo de excesos… Se trata del otro rostro de la Navidad: la fiesta orgiástica, que permaneció durante mucho tiempo en las capas populares de la comunidad, y que seguramente prolonga ritos previos a la llegada de los indoeuropeos… no sólo en el País Vasco.
Pero estábamos en los dispensadores de regalos. Y hoy en día, como es bien sabido, el mayor regalador es Papá Noel, figura en la que confluyen los rasgos del paternalismo, la bondad, el banquete y el descenso por la chimenea, entre otros elementos característicos de las figuras antes mencionadas. Muchos piensan que la moda de Papá Noel forma parte del colonialismo cultural norteamericano. Ésto es verdad sólo por lo que respecta a los años recientes, porque, en realidad, Papá Noel no es un invento norteamericano (allí se llama Santa Claus, y es también importado de Europa), sino que procede de Alsacia. En 1871, tras la firma del Tratado de Frankfurt que ponía fin a la guerra franco-alemana, en Alsacia y Lorena se produjo una verdadera diáspora humana (y, por tanto, cultural) que parece estar detrás de muchas actuales costumbres navideñas. Papá Noel es una de ellas, aunque no falta quien le atribuye un origen normando.
Y el Árbol eterno
Donde no cabe duda alguna del origen alsaciano es en otra de las grandes costumbres navideñas de nuestros días: la del árbol de Navidad. Los primeros datos acerca de esta costumbre en la época moderna datan de los años 1521 y 1539, y siempre circunscritos a esa región de Europa. No se generalizará por todo el continente hasta el siglo XIX. Ahora bien, aunque el rito en su forma actual sea de origen próximo, el tema del árbol ligado a la fiesta del solsticio parece ser antiquísimo. J. Lefftz lo hace remontar al paganismo antiguo (Elsässischer Dorfbilder, Wörth, 1960). Parece claro que no hay ningún rastro cristiano en él. En la simbólica cristiana, el único árbol conocido es el árbol del jardín del Edén, del que Adán comió el fruto prohibido, desobedeciendo a Yahvé. Por el contrario, algunos datos de la vieja Irlanda y sobre todo de Escandinavia permiten remontar esta costumbre a un viejo culto al árbol germánico. Hoy se admite, con M. Chabot, que “en los tiempos paganos, en las fiestas de Jul, celebradas a finales de diciembre en honor del retorno de la Tierra hacia el Sol, se plantaba ante la casa un abeto del que colgaban antorchas y cintas de colores” (La nuit de Noël dans tous les pays,Pithiviers, 1907). Pero el árbol no aparece sólo en la tradición germánica: gracias a Virgilio sabemos que en Roma, durante el periodo de las saturnalias, se colgaba en plaza pública un árbol cargado de juguetes.
Nos hallamos aquí en presencia de otro elemento inseparable de la mentalidad mítica europea: el árbol como símbolo sagrado, como eje o pilar del mundo; un árbol que para los celtas era una encina o un roble, un fresno para los escandinavos (el famoso fresno Yggdrasill) y un tilo para los germanos. El árbol, con su impresionante estructura, sus hojas, su tronco y sus raíces, es una representación del cosmos y de su organización; pone en contacto los diferentes niveles del mundo (el cielo, la superficie y el reino subterráneo); une el presente, el pasado y el futuro, y liga al hombre con su linaje y su devenir. Vínculo de lo continuo y lo discontinuo, representa la vida que nunca acaba y por eso es símbolo de la regeneración perpetua de la vida. Exactamente del mismo modo que el solsticio de invierno da testimonio del renacimiento eterno del sol. Árbol y Navidad, por tanto, mantienen entre sí una comunión de significados. No es extraño que uno y otra comparezcan al mismo tiempo en presencia de los hombres.
Esto es, en fin, desde la fecha hasta el árbol, desde los villancicos hasta los regalos, la Navidad: un antiguo rito pagano, hondamente religioso (sólo los ignorantes pueden negar la existencia de una religiosidad pagana), que el cristianismo, en Europa, adoptó con toda naturalidad, generalmente forzada por el sentido popular de lo sagrado, del mismo modo que el catolicismo europeo hizo suyos gran número de elementos rituales y significados sacros de los pueblos que llenaban este continente antes de que hiciera su aparición Jesús de Nazaret. Tienen razón quienes hoy se lamentan por la pérdida del sentido originario de la Navidad. Pero no por esa presunta “paganización” que tanto denuncian los curas —ésta ha existido siempre, mucho antes de que el cristianismo hiciera acto de presencia—, sino por la comercialización rampante de los usos navideños. No es el Sol Invicto quien va a matar a Jesús (ni viceversa) el 25 de diciembre, sino que es Mammon, aquel dios abyecto del dinero que tanto execrara Ezra Pound, quien parece haber exterminado a los dos. Quizás ocurre que para los pueblos europeos el Sol ya se ha puesto definitivamente en un solsticio apocalíptico; nunca más volverá a salir.
Pero, no, el Sol siempre vuelve a salir; el Sol volverá. Éso es lo que significa la Navidad. Y ésto es lo que algunos, fieles a todas nuestras raíces, hemos celebrado estos últimos días. La Pascua
Vamos a estudiar un poco sobre la Pascua. Este estudio no ha sido escrito para ofender a nadie sino más bien para ayudar al estudiante a discernir entre lo biblico y lo pagano. En muy importante mantener la casa de Dios limpia en todo momento. Hoy en día muchos cristianos están celebrando fiestas verdaderamente paganas en sus congregaciones.
La celebración conocida como "Easter" es una de esas fiestas. La palabra "Easter" no aparece en la Palabra de Dios. Algunos hermanos que viven en paises de habla inglesa inmediatamente dirán: Pero hermano Luis Alberto, "Easter" en la Biblia King James, está escrito en Hechos 12:4:
(KJVA) And when he had apprehended him, he put him in prison, and delivered him to four quaternions of soldiers to keep him; intending after Easter to bring him forth to the people.
Es verdad que aparece en la Biblia King James, pero el griego nos declara que esa traducción está tergiversada:
"Easter" es:
G3957 πα´σχα pascha pas'-khah de orig. cald. [Hcomp. H6453]; pascua (la comida, el día, el festival o los sacrificios especiales conectados con ella):-pascua
Es imposible traducir o transliterar "pascha" como "Easter". Esta palabra ha sido añadida por los hombres y sus tradiciones. Los hermanos que celebran "Easter" en vez de "Pascua" ( "Passover" en ingles), deben entender que es lo que están celebrando. Mi anhelo es que a través de este estudio puedan llegar a ese entendimiento.
En la Biblia King James, la palabra "pascha" aparece 28 veces en el Nuevo Testamento y solo en Hechos 12:4 ha sido traducida "Easter". Las demás veces aparece como "Passover".
Bien dijo el Señor Jesucristo:
Marcos 7:13
13 invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido.
Esta única tergiversación de la palabra "pascha" en Hechos 12:4 ha dado rienda suelta a la celebración pagana de "Easter".

El significado de "Easter"
Que significa "Easter" ??........"Easter" viene de la palabra "Ishtar". Esta palabra es derivada de: "Ashtoreth", la divinidad femenina que adoraban los Fenicios y a la cual los Asirios llamaban "Ishtar".
"Ishtar" era considerada la "diosa del amor y la fertilidad". También se le conocía como "la reina del cielo".
El majestuoso Altar de Pérgamo permanece cerrado hasta 2019 debido a la rehabilitación gradual del Museo de Pérgamo de Berlín, uno de los más visitados de Alemania. En cambio, la Puerta de Ishtar, una de las ocho puertas monumentales de la muralla interior de Babilonia, se puede visitar con normalidad. Decorada con animales de colores brillantes sobre un fondo azul vidriado, fue levantada a comienzos del siglo VI a.C. por Nabucodonosor II al norte de la espléndida ciudad de Babilonia, cuyas ruinas están situadas a unos 100 kilómetros al sur de Bagdad. Estaba consagrada a Ishtar, la diosa babilónica del amor y la guerra, y daba acceso al templo de Marduk, el señor de los dioses, a través de una avenida procesional decorada con relieves de leones y dragones, símbolos de Ishtar y Marduk. A comienzos del siglo XX, un equipo arqueológico alemán, dirigido por Robert Koldewey, excavó la Puerta de Ishtar y trasladó sus miles de fragmentos a Berlín, donde fue reconstruida meticulosamente. En realidad se trata de una puerta doble, pero la parte posterior, mucho más grande, aún permanece almacenada en el museo ante la falta de espacio para ser expuesta. Como ocurre con Grecia y el Partenón, Irak sigue reclamando esta maravilla de la antigua Babilonia.

La adoración a esta diosa pagana consistía en rendirle culto a la madre naturaleza, a la fertilidad (de allí "los huevos de Easter" y los "conejitos de Easter") y también la exaltación del amor y los placeres carnales.
Cada año que se le rendía culto a esta "diosa de fertilidad", las mujeres eran forzadas a participar en una gran orgía sexual al aire libre, en honor a esta diosa pagana.
Y tristemente por ignorancia, hoy en día muchos cristianos participan en esta celebración pagana. Eso es idolatría! Y es un pecado conectar nuestra Pascua que es Cristo, con esta celebración pagana!...Pero hoy en día muchas iglesias cristianas participan de estas fiestas paganas y hasta dan huevitos pintados a los niños, en vez de enseñarles sobre la muerte y crucifixión de nuestro Señor Jesucristo en la cruz del calvario!
Satanás se ha de morir de la risa cuando ve tanto paganismo en el cuerpo de Cristo!!. Ciertamente, las tradiciones de los hombres han seducido al cuerpo de Cristo, su iglesia. Y como si fuera poco, tenemos al "conejito de Easter", un símbolo de fertilidad. Y es triste ver la manera tan fácil que muchos cristianos son seducidos por este paganismo.
La verdad es que Satanás ha alcanzado mucho al pervertir la verdadera enseñanza de la Pascua, la cual debe de enseñar que con la sangre del Cordero Jesucristo, el ángel de la muerte no tiene ninguna potestad sobre nosotros. Y en vez de enseñar esto, la iglesia se dedica a pintar huevitos y a comer conejitos de chocolate en honor (aunque por ignorancia) a la diosa pagana "Ishtar" y así echan por tierra el verdadero significado de la Pascua o "Passover". Y así los niños de familias cristianas crecen sin saber que es lo que verdaderamente significa la Pascua de Dios.
Habiendo dicho esto, vamos a Jeremías 7 y aprendamos más sobre esta diosa "Ashtoreth" o "Ishtar", como cada vez que es nombrada en la Palabra de Dios, la furia de Dios es evidente. Pero su pueblo sigue brindando culto a esta diosa pagana.
Veamos que piensa nuestro Padre Celestial sobre "Ishtar". En Jeremías 7 leemos:
Jeremías 7:
17 ¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? ( Lo mismo que está sucediendo en el mundo cristiano)
18 Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo ("Ishtar" !!!) y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira. (Eso es lo que Dios piensa sobre el culto a "Ishtar" !)
19 ¿Me provocarán ellos a ira? dice Jehová. ¿No obran más bien ellos mismos su propia confusión? (No saben que celebran una fiesta pagana, porque no se mantienen firmes en la Palabra de Dios!..y muchos ni la estudian..).
20 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; se encenderán, y no se apagarán. (Serán maldecidos porque insultan a Dios con sus celebraciones paganas..en vez de enseñar la Pascua de Dios que es Cristo!)
En vez de celebrar con huevos pintados, galletitas (tortas a la reina del cielo) y conejitos, celebremos la victoria del Señor Jesucristo en la cruz. Celebremos lo que fue profetizado en Salmos 22.
Celebremos la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo y la victoria que su sangre derramada en la cruz nos da sobre Satanás y la muerte.
Vamonos a Ezequiel 8 y veamos como la ira de Dios se despierta con las celebraciones paganas.
Ezequiel 8:
15 Luego me dijo: ¿No ves, hijo de hombre? Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que estas. (Muchas de estas abominaciones las vemos en la iglesia hoy en día).
16 Y me llevó al atrio (al interior santisímo) de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones (ancianos de la iglesia) , sus espaldas vueltas al templo de Jehová (alejados de la Palabra de Dios) y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente. (Un acto de idolatría abominable ante Dios!).
17 Y me dijo: ¿No has visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? (no es nada liviano practicar estas abominaciones!) Después que han llenado de maldad la tierra, se volvieron a mí para irritarme; he aquí que aplican el ramo a sus narices. (Adoran el amuleto o la estatua de "Ishtar", la reina del cielo).
18 Pues también yo procederé con furor (sus idolatrías no quedarán sin castigo ni disciplina); no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia; y gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré. (Dios no escuchará sus oraciones ni suplicas!).
Relacionar esta fiesta pagana de "Easter" con nuestro Señor Jesucristo es una abominación ante Dios!
Tenemos que desprendermos de esta estupida tradición pagana amados!..Tenemos que empezar a servir a nuestro Dios como es debido, sin mezclar nuestro culto hacia nuestro Señor con el paganismo que las falsas tradiciones de los hombres introducen en la iglesia del Señor.
Satanás está detras de toda esta confusión, asi que no seamos duros con los hermanos que todavia están practicando estas abominaciones en ignorancia. Pero es tiempo de enseñarles la Verdad de la Palabra de Dios para que asi puedan salir de esa Babilonia (confusión) en que se encuentran.
No dejen que las tradiciones de los hombres continuen corrompiendo la Pascua de Dios que es nuestro Señor Jesucristo.
1 Corintios 5:7
7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua , que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.
Dios les bendiga,
ES RECIBIR Y ACEPTAR A DIOS A QUE VIVA CON NOSOTROS EN NUESTRO CORAZÓN, ES ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE PROFETA. ES VER LA REALIDAD AL INTERIOR REAL DE TU CORAZÓN. ES VER MAS ALLÁ DE LAS DIMENSIONES. HE VISTO 21 NO 7. ES CORRER EL RIESGO CON EL DE LA MANO. SIN MIEDOS. SIN OBSTÁCULOS, SIN MORALIDAD, PAGANISMO. LIBERÉMONOS DEL SISTEMA, TAMBIÉN ES A SUMIR QUE SOLO ES UN DIOS Y SE RELACIONA CON TODOS IGUAL SIN NINGUNA RELIGIÓN, DIOS NO ES RELIGION, DIOS ES ESPÍRITU NO SUSTANTIVO. . SEA CUAL SEA SU DEIDAD ES EL MISMO DIOS PERO HACE DISTINTOS CUERPOS EN SUS PRESENCIAS POR QUE ES DIOS. PERO LA LUZ ES LA MISMA SEA BUDA KRISHNA O JEHOVÁ. ES ACEPTARLO Y EL TE AYUDARA. TODO LO PUEDO EN NOMBRE DE DIOS.
Esta lápida es un epitafio procedente de la necrópolis paleocristiana de Tarragona; es una variante del crismón y representa una cruz que imita las formas XP con las letras alfa y omega (primera y última letra del alfabeto griego y equivalen a decir que Jesucristo es el principio), que son usadas en el Apocalipsis (1, para referirse a Jesucristo: “Yo soy el alfa y la omega”, dice el Señor, el Dios todopoderoso, el que es y era y ha de venir. (El Testamento del Pescador)
Antes de que existiera la escritura, ya existían los símbolos, como lo prueba la arqueología. Su significado es explícito por sí mismo y es tan elocuente como pueda ser la imagen de una flor o del sol.
Aunque la tradición cristiana desconoce cómo era la cruz de Jesús, ha conservado las versiones latina y griega por devoción.
En este sentido el símbolo original de los cristianos y que eventualmente fue desechado y desplazado por el de la cruz tiene, no solo muchos significados, sino mucho mas relación con la verdadera enseñanza que el que pueda tener el terrible recordatorio de sufrimiento encerrado en la cruz.
Como consecuencia de esta contemporización con el poder temporal (que se permitía convocar concilios), que se valdrá del cristianismo como aglutinante para mantener la unidad del imperio unos siglos más, la iglesia comenzará un proceso de paganización y “romanización” que dará lugar pocos siglos después a la hoy conocida como Iglesia Católico-Romana.
Hoy puedo ver en Su Palabra como la cruz fue profetizada siglos ante de su invención, como el instrumento que ayudaría a la gracia de Dios a ser esparcida por el mundo. Pero es solo eso, un instrumento. Si para algo sirve hoy es para fortalecer mi convicción de que El es el camino, y ,a verdad, y la vida; esa cruz abrio el camino al trono del Padre.
Este anagrama lo utiliza sobre todo la Iglesia ortodoxa griega.
Este símbolo original: el pez; nos remite a varios conceptos, todos válidos en el contexto del cristianismo primitivo:
Esta lápida es un epitafio procedente de la necrópolis paleocristiana de Tarragona; es una variante del crismón y representa una cruz que imita las formas XP con las letras alfa y omega (primera y última letra del alfabeto griego y equivalen a decir que Jesucristo es el principio), que son usadas en el Apocalipsis (1, para referirse a Jesucristo: “Yo soy el alfa y la omega”, dice el Señor, el Dios todopoderoso, el que es y era y ha de venir. (El Testamento del Pescador)
SíMBOLOS, SU PODER Y SIGNIFICADO

Juan Eduardo Cirlot, con su diccionario de símbolos, fue pionero en España en el estudio de esta materia.
¿Qué cosa es un símbolo? Es algo sencillo que al mirarlo recuerda o representa toda una gama de sentir o de condiciones, algo que al mirarlo trae a la memoria cosas tan importantes que es necesario resumirlo en un signo.(Benedicto XVI)
El símbolo expresa con un signo una realidad mucho más amplio (El Testamento del Pescador))
Observemos que la runa de la vida está superpuesta en un anuncio en contra del tabaquismo en Alemania. Fue la primera campaña que con el titular de “Rauchen verboten” (”Prohibido fumar”) se hizo famosa antes de la guerra mundial.
Después Hollywood impuso la moda del fumar cigarrillos masivamente. Y, hoy, en 2007 lo que está demostrándose ecológico, inteligente y hasta de buena educación es el no fumar en lugares públicos… El que co
ntamina paga… Algún día las fotografías de la gente de hoy fumando cigarrillos (de tabaco o de lo que sea) se asociarán a las deprimentes imágenes de los fumaderos de opio en la China del siglo XIX.

Curiosamente, las llamadas pipas de agua son mucho más dañinas para la salud que los cigarrillos… pero no se dice nada para no ser criticados como “xenófobos”.
La Cruz, un simple poste o dos maderos cruzados, fue empleada como instrumento de suplicio en diversos pueblos. Se la menciona, además, en las antiguas literaturas de Egipto, Cartago, China, Persia, Asiria, Creta, Roma y México.
—Mariano Marcos Andrade B.—
Managua |
También se la consideró, con el círculo y el cuadrado, uno de los símbolos fundamentales. Tuvo varias formas, entre las que podemos citar: la cruz egipcia (con un ojal en lugar del trazo superior) que fue tomada como un símbolo de vida; la cruz gamada o svástica, símbolo del sol, de la bienaventuranza y del movimiento sobre un eje inmutable; y la cruz griega, brújula del cosmos y signo de perpetuidad.
También existen hasta hoy la cruz Tau, cuyo trazo vertical no sobrepasa al horizontal formando una «t»; la de Santiago, en forma de espada, la de San Andrés, la de San Antonio y varias más.
Tras la muerte de Jesús, la cruz, que fue su instrumento de martirio, vino a significar sacrificio, salvación y fe cristiana.
Además, los primeros cristianos encontraron prefiguraciones de la cruz en otros símbolos del Antiguo Testamento como la barca, el hacha, el arado, la estrella o la asociaron a maderos, árboles y señales de las que habla la Escritura.
EL SIMBOLO MAS PODEROSO DEL CRISTIANISMO

La Teología cristiana apoyándose en textos bíblicos, ha tomado a la cruz como símbolo de seguimiento de Jesús, del más allá, del mensaje cristiano, de la vida del creyente.
Se la considera como una escala que conduce a Dios, símbolo por excelencia de Cristo y del cristiano y talismán que protege del mal.
Hoy el símbolo universal de los cristianos es la cruz, donde fue crucificado Cristo en tiempos del Imperio Romano. Sin embargo, los primeros siglos los cristianos, que estaban viviendo en catacumbas debido a las persecuciones, tenían una simbología diferente, como la del Pastor, el Crismón o el Cordero.
¿Cuándo comenzaron a utilizar la cruz los cristianos?
Actualmente el símbolo más poderoso del cristianismo es la cruz, pero esto no siempre fue así. Los primeros cristianos tenían en realidad mucho recelo en mostrar este escandaloso instrumento de tortura como una señal de Dios.
Al menos hasta el siglo IV o V no aparece el «Signo de la Cruz» como distintivo cristiano (hasta entonces, se utilizaban otros tipos de signos, como el Cordero Divino).
El origen de la cruz como símbolo de la fe cristiana está en un hecho biográfico del Emperador Constantino II “El Grande” que vivió entre 280 y 337. El Imperio Romano, después de las reformas de Diocleciano estaba dividido en dos, Imperio Romano Occidental y el Oriental con capital en Constantinopla, habiendo a su vez dos emperadores. En plena guerra civil entre Constantino y Majencio por el control del Imperio para unificar y controlar todo el Imperio, se iba a producir la decisiva batalla del Puente Milvio. Al parecer Constantino tuvo un sueño en el que se aparecía Cristo y le decía “In hoc signo vinces” (Con este signo vencerás) y así fue, Constantino mandó grabar en todos sus estandarte y escudos la cruz de Cristo y ganó la batalla.
A partir de entonces, todas las tropas romanas llevarían este símbolo y se legalizó la religión cristiana con el Edicto de Milán en 313 y celebrando el Concilio de Nicea en el 325 bajo presidencia del Emperador, donde se declara la religión cristiana como oficial del Imperio.
Hasta aquí la parte mítica de la historia, pues es sabido que Constantino utilizó a los cristianos para hacerse con el poder, ya que sus asociaciones eran muy fuertes y estaban cada vez más presentes en los resortes del poder. La mujer de Constantino era cristiana y seguro que mucho influyó en la toma de estas decisiones.
La primera cruz simbólica en forma escueta: lineal, estilizada y muy breve, fue la Cruz Griega (constaba de cuatro brazos perpendiculares entre sí y del mismo tamaño) utilizada con finalidad mágica, talismánica y profiláctica, en ocasiones pintada en color rojo sobre la frente, e incluso en forma de tatuajes en otras zonas mucho menos ostensibles del cuerpo.
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AL INICIO PRODUJO INDIGNACIÓN
A principio del siglo V, ya aparece la Cruz Latina, con carácter simbólico y ornamental; por ejemplo, la que se ve en el mosaico del ábside de Santa Prudencia, en Roma, sobre el Cristo entronizado rodeado por los Apóstoles; debido a que la Iglesia temía que comenzaran a olvidarse los tormentos de Jesús en la Cruz.
Poco después, en tiempos del Papa Celestino I (año 432), tenemos sobre la puerta de la iglesia de Santa Sabina, en Roma, la que según muchos autores parece ser la imagen más antigua de Cristo en la Cruz.
Pues bien, esta imagen que ahora conocemos como específicamente cristiana, la del crucifijo (del latín «crucifixus» = a crucificado o fijado a la cruz) que representa a Jesucristo clavado en la cruz, no apareció al público ni se dio a conocer hasta bien entrado el siglo XV.
Incluso en esta época tan tardía produjo verdadera indignación y escándalo entre los propios fieles cristianos. Este hecho notable ha sido descrito por el R.P. Máxime Gorce:
«Lorsquen 560, enviaron a Narbonne, tut exhibé pour la premiére tois le crucifix avec le corps du suplicié, selon le témoignage de Grégoire de Tours, ce fut un épounvanteble et fort compréhensible scandala».
(«Cuando en el año 560 aproximadamente, en Narbona, fue exhibido por primera vez el crucifijo con el cuerpo del ajusticiado, según el testimonio de Gregorio de Tours, esto constituyó un espantoso y muy comprensible escándalo».)

CRUZAR LOS DEDOS
Cuando se formula un deseo, se dice una mentira o se encuentra uno ante un peligro, muchos acostumbran cruzar los dedos (¡tambien tocar madera!), concretamente el mayor sobre el índice. El gesto, que evoca una cruz, conjura la mala suerte y aleja las influencias maléficas, según los supersticiosos.
Desde los primeros tiempos del cristianismo se creía que, replegando el pulgar bajo los otros dedos, se alejaba a los fantasmas y malos espíritus, o bien haciendo esa operación con las dos manos y dejando que el pulgar asome entre el índice, dedo consagrado a Júpiter, y el mayor, dedo del pecado dedicado a Saturno. No obstante, algunos autores piensan que, aunque el simbolismo de la santa cruz en este gesto resulta obvio, el origen primero es mucho más primitivo que la cruz cristiana y se remonta a los más antiguos tiempos paganos.
OTROS «CRUCIFIJOS»
Claro que ya en el S. II hay algunos «crucifijos», como el que aparece en una gema gnóstica que se conserva en el museo de Berlín, y que no representa a Jesús crucificado, sino que es una imagen etérica de Orfeus Bakkikos, correspondiente a los cultos mistéricos de Dionisos-Zagreus.
Esotéricamente esta cruz representa en la alquimia, el símbolo de la misteriosa «agua mercurial» de los filósofos herméticos.
Cuando por fin vencieron su pudor, los cristianos hicieron primitivos crucifijos que mostraban a un Jesucristo vivo, vestido y coronado, a un soberano victorioso sobre la cruz.
Recién a partir del S. XII aparece la representación de Jesús en la cruz tal como la conocemos ahora, casi siempre muerto y cubierto con sólo un paño atado a la cintura.
Hacia el año 1300 ya se inicia la cruda representación del Cristo coronado de espinas, humillado y sufriente.
Hay autores que opinan que El símbolo de la cruz podría tener su origen en el antiguo Egipto, el “Ankh” es el símbolo de Ra, el dios sol y no son pocas las referencias simbólicas cristianas a la adoración del dios sol, el Ankh es una cruz coronada por un circulo que perfectamente podría sugerir un “Halo” de santidad en la posición donde se encuentra la cabeza de Jesucristo en el modelo cristiano.
Cristo fue ejecutado por los romanos bajo el cargo de alta traición al emperador de la forma mas degradante posible: la crucifixión, un muy antiguo método de ejecución del que los romanos se habían auto otorgado el uso exclusivo, utilizando este método con Cristo para estigmatizar por extensión a todos sus seguidores; Pablo supo darle la vuelta a esto relacionando la acción salvadora de Dios a través del sacrificio de Cristo, materializado en el suplicio de la cruz, por lo que entonces y dentro de su concepción la cruz pasa a simbolizar la salvación a través de la muerte de Cristo, así mismo, y mas allá de las intenciones de Pablo el símbolo de la cruz pasa a ser también un símbolo de entrega y renuncia que los primitivos cristianos utilizan para simbolizar una fuente de consuelo para los oprimidos y también como modelo de conducta… por esa actitud es que hay tantos “mártires” en esos primeros momentos de la religión cristiana.

La Cruz cristiana es un símbolo religioso muy familiar en la cristiandad. Este método de ejecución fue común para los esclavos romanos y para los criminales que no eran romanos.
Las palabras «cruz» y «crucifijo» provienen de las derivaciones del verbo latinocruciare, que significa “torturar”. (Wikipedia)
La cruz, en resumen, es un símbolo ajeno a la doctrina de Jesús, independientemente de su verdadera naturaleza como ser históricamente real, en ningún momento hace referencia a ella o la vincula de alguna manera a sus enseñanzas, nunca se la menciona en ninguno de sus sermones ni es elemento central en ninguna de sus parábolas, todo lo esencial de sus enseñanzas está centrado en conceptos de paz, justicia, solidaridad, caridad y compasión expresados como extensiones del elemento central, fundamental, que es el amor.
“Hay una nueva raza de hombres nacidos ayer, sin patria ni tradiciones, asociados entre sí contra todas las instituciones religiosas y civiles, perseguidos por la justicia, universalmente cubiertos de infamia, pero autoglorificándose con la común execreción: son los Cristianos.“(Celso; “El Discurso Verdadero Contra los Cristianos” Pág.11 Alianza Editorial; Madrid 1988)
Así comienza, hacia el año 178 d.c., “El Discurso verdadero contra los Cristianos”, una obra escrita por el filósofo griego de Alejandría Celso, que será el fundamento ideológico de algunas de las mas duras persecuciones contra los creyentes en Jesús de Nazaret que se sucederán en los años siguientes.
n el verano del año 325, convocados por un emperador romano: Constantino, los obispos de la cristiandad se reúnen en Nicea, para dilucidar sobre cuestiones de doctrina y acabar de una vez con las diferentes disputas teológicas y doctrinales que perturbaban en aquel tiempo a la Iglesia.
Como consecuencia de esta contemporización con el poder temporal (que se permitía convocar concilios), que se valdrá del cristianismo como aglutinante para mantener la unidad del imperio unos siglos más, la iglesia comenzará un proceso de paganización y “romanización” que dará lugar pocos siglos después a la hoy conocida como Iglesia Católico-Romana.
Es en estas fechas que se consuma lo que ya desde el siglo II hombres como el obispo de Sardis, Melitón, habían comenzado a levantar como fundamento teológico: un desligar a la iglesia de su original carácter y contenido judío, y la sustitución de éste por la mentalidad y filosofía grecorromana, llenando las congregaciones de personas procedentes del paganismo, convencidas, pero no convertidas. Y no solo esto: Anatemas y degradación civil, cuando no persecución, contra los que no pensaban como ellos.
En el principio del cristianismo cuando la cruz era un signo de ignominia y la dominación romana seguía vigente, los cristianos tomaron como signo de identificación, el Pez dado que en sus letras griegas iba el monograma de “JESÚSHombre Salvador del Mundo“, más tarde, sobre el siglo VI, el cristianismo adoptó la Cruz como símbolo de su Fe.
El uso de la cruz como símbolo de fe es posterior en muchos años a la muerte de Jesús y su elección es intencional y manipuladora pues es mas un recordatorio ominoso de una tragedia que un símbolo feliz de esperanza, es el resultante de lo diametralmente opuesto a las enseñanzas de Cristo pues el resultado final del amor como ejercicio cotidiano no puede ser la muerte sino la creación de la vida, una manifestación del poder de Dios a través de nosotros; el camino a la salvación no es la muerte ni la tortura representadas por el instrumento de ejecución sino que es la compasión, la solidaridad y la entrega desinteresada representadas por el amor absoluto, puro y simple que nos propone un hombre excepcional, que no necesitó de tantas jerarquías ni dogmas ni poder material para transmitirnos su sencillo pero… “crucial” mensaje.
La cruz universalmente es considerada un símbolo cristiano, ahora a la cruz que me refiero es a una vacía. Una en la cual nuestro amado salvador venció la muerte y por ende esta vacía.
Algunas Iglesias Evangélicas utilizan en sus frentes una cruz , que mientras estas no se conviertan en ídolos o no son objetos de adoración, está bien, pero lo mejor es desprenderse de estas simbologías como se ha puesto de moda entre los evangélicos la estrella de David y es un lamentable error porque debemos ser adoradores de espíritu , ser espirituales de verdad y que nada contamine nuestra relación con Dios.
Jesús tomo la cruz, instrumento de vergüenza y deshonra, y lo torno en instrumento que proyecta victoria y esperanza. Fue en esa cruz que venció al mundo y su príncipe, y nos entrego la redención por medio de su sacrificio vicario en la cruz.
No adoro a la cruz, adoro al que murió en ella, no la utilizo como amuleto, la utilizo como medio para esforzar mi fe, no por lo que ella es, sino por el que en ella fue inmolado. La cruz solamente me recuerda que un inocente cargo la cruz de un condenado a muerte, ese condenado a muerte era yo.

La palabra griega que se traduce por “cruz” en Biblias modernas se escribe por stau-ros ó xy´lon, que significan palo vertical, estaca vertical o poste.
La cruz tuvo su origen en la antigua Caldea, y se uso como símbolo del Dios Tamuz, en aquel país y tierras vecinas como Egipto.
En el siglo III, para aumentar el numero de seguidores, la Iglesia Católica,ya apartada de las doctrinas de la fe cristiana, empezó a recibir a paganos, sin que hubiera regeneración por fe, y en gran medida se les permitió retener sus señales y símbolos paganos,como yo decia algunos párrafos mas arriba.
Por eso se adoptó la Tau, ó T en su forma mas frecuente, con el travesaño mas bajo.
La cruz era llevada en las manos de los sacerdotes Egipcios y por los Reyes Pontífices como símbolo de autoridad como sacerdotes del dios sol.
La cruz se usaba como símbolo del dios solar babilonio, este símbolo fue acuñado en muchísimas monedas romanas por muchos emperadores, entre ellos Julio Cesar y Constantino.
Constantino era adorador del dios solar, mucho antes de ingresar en la Iglesia cristiana. Éxodo 20:4-5 ( leerlo )
Por eso la persona que le tiene afecto a la cruz, le tiene afecto a un símbolo de adoración que esta opuesto al Dios verdadero.
Hay algunos autores opinan que la cruz de la que el cristianismo hace mención nunca fue utilizada en la muerte de Jesús ya que Jesús murió en un madero pero no crucificado como lo dicen. En los escritos antiguos del Brit HaDasha dice en Griego STAURON que significa madero y no cruz. Pero esto debería investigarlo algo mas, aunque yo creo por la Biblia que este autor esta equivocado. Yo creo que Jesús murió en una cruz, y por eso la insistencia de los apóstoles al predicar a cristo crucificado, ya que esto era una locura al israelita común, que jamas podía aceptar que su Mesías hubiera muerto en una cruz.
Podemos leer pasajes de la biblia tales como Gálatas 6-14m, donde “El Apóstol deja bien claro que el sólo se gloría en la Cruz de CRISTO signo de salvación y vida.”
I Corintios Capitulo I, 21-25, “vemos claramente cómo el motivo de la predicación de Pablo es por supuesto CRISTO y este CRUCIFICADO, locura para los judíos.”
Filipenses 3:18, “vemos como Pablo nos habla de la condenación de aquellos que son enemigos de la Cruz de Cristo pues el que aborrece la Cruz del Señor es para su propia condenación.”
ICXC NIKA:

El significado es muy sencillo. Son dos palabras griegas que confiesan la Resurrección de Jesucristo con la frase “Jesucristo vence”: IC= Jesús, XC= Cristo en abreviatura ambas, NIKA= vencer, victoria. Aparece con la cruz en medio, pues Cristo ha vencido a la muerte y al pecado en la cruz.
Crismón (XP):
Es el monograma (Símbolo formado por letras o números entrelazados que se usa como abreviatura) de
Cristo, formado por las dos primeras letras en mayúsculas de su nombre en griego: (XP)ISTOS. A veces también se le añaden las letras griegas Alfa y Omega para indicar, siguiendo el libro del Apocalipsis, que Cristo es el principio de donde se origina y el fin a donde culmina la historia.

El emperador Constantino el Grande soñó la víspera de la batalla del Puente Milvio (28-10-312) contra Majencio con este símbolo junto con la frase In hoc signo vinces (”Con este signo vencerás”; al día siguiente lo colocó en los estandartes de su ejército y ganó la batalla, con lo cual se convirtió en emperador.
Después el emperador publicó el Edicto de Milán (313), que autorizaba la práctica pública de la religión cristiana en el Imperio romano.
El pez como símbolo de la fe cristiana:

1. Hace referencia a Galilea, tierra de donde era originario Cristo y sus principales o primeros apóstoles, tierra muy pobre y apartada del centro de poder judío en Palestina y donde la principal actividad de subsistencia era la pesca. Esta es la principal razón por la que Pablo se esforzó en restarle valor hasta desplazarlo por la cruz, pues no solo la cruz era el símbolo que mejor “cuadraba” con su concepción sino que además una referencia tan directa a Galilea podría convertirse en una limitación, por ser excesivamente localista, a las aspiraciones de “universalidad” que abrigaba para su naciente iglesia.
2. El pez es una referencia directa al alimento, sin olvidar además que es una especie de “reseña gráfica” de dos de los portentos o milagros mas significativos de Jesús, de gran valor propagandístico: por un lado, se dio a conocer a sus primeros apóstoles mientras estos pescaban: no habían conseguido pescar nada y él les indicó donde lanzar sus redes, las sacaron repletas de peces en cada oportunidad, en esa forma estos primeros apóstoles conocieron como verdad la identidad o carácter especial de Cristo, y por otro lado el conocido milagro de la multiplicación de los panes y los peces… toda una alegoría en si mismo pues a través de Cristo se alimenta una multitud hambrienta… obviamente no solo de comida física sino de alimento espiritual… (pues no solo de pan vive el hombre)…
3. El pez, aun en tan simple y esquemática representación es un animal vivo, es parte de la creación de Dios, es de los primeros seres por él creados según el génesis, una manifestación de su poder al alcance de cualquiera, igual que el amor.
IXΘΥΣ: Iota I=Jesús, Ji X=Christos, Theta Θ=Theou (de Dios), Ípsilon Υ=Uios (Hijo), Sigma Σ=Soter (Salvador)
“El ichtus o ichthys (ΙΧΘΥΣ, se pronuncia ijtus, con la u francesa) es un símboloque consiste en dos arcos que se intersecan de forma que parece el perfil de un pez, y que fue empleado por los primeros cristianos como un símbolo secreto.
La palabra del idioma griego ichthys significa pez, pero también es un acrónimoque proviene de las iniciales de “ΙΗΣΟΥΣ ΧΡΙΣΤΟΣ ΘΕΟΥ ΥΙΟΣ ΣΩΤΗΡ” (Iēsoûs Christós Theoû hYiós Sōtér), que significa “Jesucristo, Hijo de Dios, Redentor”.
El uso del ichtus como símbolo secreto pudo haber sido el siguiente: una persona dibujaba unas líneas rectas y curvas en la arena de forma aparentemente aleatoria, de las que una de ellas era un arco circular (medio ichtus). Si otra persona dibujaba más líneas en el suelo y completaba la figura, los dos sabrían que ambos eran cristianos.
Antes del Edicto de Milán los cristianos no podían revelar abiertamente su fe, ya que corrían el riesgo de ser perseguidos o ejecutados.” (Wikipedia)
En la enciclopedia Wikipedia hallamos que “La definición y preservación de los dogmas de la fe exigía mucha cautela en un ambiente tan diverso y tan presto al sincretismo como el del Imperio romano en aquellos siglos. Los catecúmenos se habían dividido en dos grupos: oyentes (audientes), que deseaban iniciarse en la fe, entre los cuales no faltaban a veces espías a sueldo, pero que demoraban el bautismo, y elegidos (electi), que se preparaban ya para su ingreso en la comunidad cristiana. Unos y otros, aunque más formados estos últimos, debían mantenerse al margen de los ritos reservados para los iniciados y en especial del “misterio” de la carne y la sangre del Verbo de Dios. De aquí que, para reconocerse, los fieles “iniciados” utilizaran símbolos. El simbolismo cristiano es un complemento del arcano que protege la pureza de la fe de los enemigos externos.”
“Algunos símbolos aparecen derivados de la mitología antigua. El pavo y el ave fénix simbolizan la resurrección. La palma la victoria. La paloma la sencillez cristiana, el pudor y la paz concedida al alma fiel. El ciervo, el servidor diligente de Cristo. El áncora, la esperanza en la salvación. La nave, la Iglesia. Orfeo, simbolizaba a Jesucristo.
De claro origen cristiano eran: el pez, símbolo de “Jesucristo Hijo de Dios, Salvador”. En griego pez se decía “ichthys” (ICTUS) I = Iesous (Jesús); Ch = Christos (Cristo); Th = Theou (Dios); U=Uios (Hijo); S=Soter (Salvador). El cristianismo está lleno de símbolos; la cruz recuerda a la crucifixión, la virgen María personifica la forma de maternidad más pura reforzada por la asociación al color azul. La figura con cuernos y cola es la representación simbólica más común del diablo, intensificada por el color rojo. La creación de iconos era considerada una parte muy importante del culto. El cordero, símbolo del sacrificio de Cristo y su victoria, y el Buen Pastor, símbolo de Jesucristo. Algunos símbolos eran de tema histórico – bíblico, como el sacrificio de Abraham, que se utilizaba para representar el sacrificio de la cruz; Adán y Eva, imagen de Jesucristo, nuevo adán que reparó el pecado; el Arca de Noé, imagen de la Iglesia, etc. A veces se utilizaban también escenas alegóricas, como las de la viña, el convivió o cena, las vírgenes prudentes y las imprudentes de la parábola, etc.
Las catacumbas, cementerios de las primeras comunidades cristianas, excavados en las afueras de la urbe y en fincas particulares (de cristianos acomodados), que luego pasarían a la Iglesia, fueron a veces seguro refugio para los cristianos. En ellas, hallaban sepultura también los cuerpos de los mártires, muertos en las persecuciones. La veneración que empezó a tributárseles originó la construcción de capillas más amplias entre los estrechos pasillos subterráneos, a menudo superpuestos en varios pisos, e hizo que los cristianos se reunieran en ellas para celebrar los misterios de la fe. El arte cristiano primitivo halló ocasión de plasmar en las paredes de estos recintos y capillas sus admirables realizaciones.
Junto a la Via Appia antigua se hallan las catacumbas de San Calixto, las de San Sebastián y las de Pretextato; en la Via Ardeatina, las de Domitila, las de Priscila en la Via Salaria y las de Santa Inés en la Nomentana. Todas ellas, muy visitadas por los peregrinos y turistas que acuden a Roma, no representan más que una mínima parte de las sesenta de que hoy se tiene noticia, con más de seiscientos kilómetros de galerías subterráneas de planta laberíntica, con cuatro o cinco sepulturas por piso, una encima de la otra, como los nichos de un cementerio moderno.
En épocas de inseguridad los cristianos se dirigían a uno de estos cementerios. Los viñedos disimulaban su entrada. Allí celebraban sus asambleas, en las capillas a que hemos aludido, que generalmente se celebraban en los tituli o casas de nobles, quienes las prestaban gustosos para ello. Se iniciaba con el saludo tradicional: “Que la paz sea con vosotros” para continuar con el rezo de las letanías, que el pueblo contestaba a coro; seguían dos oraciones breves, diversas lecturas, canto de un salmo, y rezo y comentario del Evangelio. Cuando concluía esta primera parte, se despedía a los catecúmenos y paganos. Luego continuaba la ceremonia con el ofertorio (en que los asistentes ofrecían sus presentes o limosnas) y seguían los preparativos para el sacrificio, rezo de varias oraciones, entre ellas la eucarística y la comunión bajo las dos especies (fragmento de pan consagrado depositado en la mano derecha de cada comulgante por el obispo, y un sorbo del cáliz que era pasado, de uno en uno, por el diácono) Oración en acción de gracias, bendición episcopal a los fieles, y la fórmula de despedida que aún subsiste: “Id, la misa ha terminado”.
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